Reordenamiento de la subcuenca del río Virilla

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Para nadie es un secreto que la cuenca del río Grande de Tárcoles es la más contaminada de Centroamérica. Más específicamente, la subcuenca del río Virilla alberga un alto porcentaje de la población nacional y una alta densidad industrial y comercial, lo cual genera que se depositen en sus ríos cerca de 250.000 m3 de aguas negras sin tratamiento.

En el mes de febrero del año en curso, tuve el agrado de asistir a la presentación de la tesis titulada “H2O: XL, L, M, S Subcuenca Río Virilla. Costa Rica”, expuesta en la Universidad Veritas por los estudiantes Pamela Bellavita, Daniel Alpízar y Brenda Mora, en la que hacen una interesante propuesta para “…intervenir y atacar los problemas que generan mayor afectación al recurso hídrico subterráneo y superficial…”.

Dicha propuesta consiste en una red en espacio público verde operativo que vincula la sociedad, el entorno y el tratamiento de las aguas residuales. La idea es revitalizar el espacio público peatonal y las márgenes de los ríos, mediante un reordenamiento estratégico del territorio de la subcuenca del río Virilla, para la protección, conservación, tratamiento y reutilización de las aguas, redefiniendo el uso del suelo, introduciendo sistemas lineales de tratamiento pasivo, regenerando zonas subutilizadas y promoviendo la reutilización del agua como medio para alcanzar la autosuficiencia en el recurso hídrico.

Un proyecto integral. Para efectos prácticos, el proyecto se divide en distintas escalas (XL, L, M y S), estableciendo relaciones de subcuenca-agua, territorio-agua, calidad-agua y persona-agua, respectivamente, con el fin de desarrollar una propuesta con mayor detalle y obtener un modelo replicable y adaptable.

La iniciativa ataca el problema desde varias perspectivas, convirtiéndola en una propuesta integral, equilibrada, sumamente crítica y diferente a las soluciones ingenieriles utilizadas normalmente, al abordar aspectos como la calidad urbana, la calidad de vida y la calidad medioambiental, y aprovechando al máximo los recursos y el espacio disponible en el territorio.

Además, la propuesta se vale de la legislación vigente para la protección del agua y el aprovechamiento del espacio público peatonal, minimizando así las expropiaciones que, sin lugar a dudas, son un gran obstáculo para este tipo de proyectos.

Por último, la iniciativa tiene presentes las dificultades económicas y legales del país, sin permitir que estas se conviertan en un impedimento para su ejecución, sino que las toma como punto de partida para desarrollar una propuesta viable, la cual es complementaria al proyecto iniciado por el Programa Bandera Azul Ecológica, denominado “Disminución de los Desechos Sólidos en la Cuenca Virilla-Tárcoles”, que tiene como objetivo la conformación de comités locales para realizar acciones que permitan desarrollar una nueva cultura y evitar la “ley del mínimo esfuerzo”, que nos hace depositar los desechos sólidos en las cuencas de los ríos.

Considero que es de suma importancia que las autoridades sanitarias (AyA, Minae y y Minsa) se preocupen por analizar a profundidad esta novedosa e interesante propuesta, la cual, sin lugar a dudas, podría convertirse en una solución más acorde con las condiciones socioeconómicas de nuestro país y, por qué no, de otras naciones latinoamericanas.