Reflexiones sobre el Sistema de Banca para el Desarrollo

El emprendimiento en Costa Rica en su gran mayoría es poco competitivo

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Según el 1er Informe Mundial 2010 del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) sobre la situación del emprendimiento en Costa Rica, presentado en días pasados por La Cámara de Industrias, la Cátedra de Innovación de la UCR y la Incubadora Parque Tec, se concluye que el emprendimiento en Costa Rica en su gran mayoría es poco competitivo, poco innovador, no exporta y es un generador de empleo de baja calidad.

Estos datos son alarmantes, y nos tienen que llamar a una profunda reflexión, no solo sobre las herramientas y de cómo hemos apoyado a nuestros emprendedores, sino también sobre el modelo de desarrollo que queremos impulsar en Costa Rica.

El informe mundial GEM para Costa Rica estima que la Tasa de Emprendimiento naciente (TEA) es del 13,5% de la población adulta entre 18 y 64 años, o sea, 270.000 personas se consideran emprendedoras en etapas iniciales.

Esta estimación comprende 2 componentes : 1) El 10% de la población adulta, aproximadamente 200.000 personas que están involucradas en un actividad emprendedora incipiente, muy prematura y que no ha conseguido pagar salarios por mas de 3 meses y 2) Un 3,5% de la población adulta, cerca de 70.000 personas, que han logrado avanzar y pagar salarios por más de 3 meses y por menos de 3,5 años

En términos relativos, Costa Rica tiene una actividad emprendedora importante al inicio del proceso, 10% de la población (a comparación de Brasil con un 5,8%) pero cae muy rápidamente en la etapa subsiguiente del proceso, (a diferencia de Brasil que sube al 11,8%) lo que refleja una alta tasa de discontinuidad en el crecimiento de estos emprendedores nacientes que comienzan con mucho entusiasmo pero algo los desmotiva en el camino y no les permite seguir creciendo con su empresa.

Baja competitividad. La competitividad de nuestros emprendimientos es un tema también preocupante. El 96% de nuestros emprendedores en las etapas iniciales dijeron en su gran mayoría que tenían 1 o 2 personas trabajando como empleados, el 86% declararon que utilizan una tecnología de más de 3 años de antiguedad y el 78% manifestaron que no tienen clientes en el extranjero.

Adicionalmente, el GEM pone de manifiesto que el 31% de los emprendimientos que se inician en Costa Rica, aproximadamente 80.000 personas, emprenden por necesidad, son de subsistencia y se generan porque los emprendedores no tienen otra forma de ganarse la vida.

En concordancia con el tipo de emprendimiento que se genera en Costa Rica, el GEM plantea que el 70% de los emprendimientos en etapas iniciales se ubican en el sector de servicios al consumidor. Solo el 23 % se ubica en la manufactura y el 3,15% en la agricultura.

Además, el 68% de los emprendedores en etapas iniciales declararon a la encuesta GEM que son asalariados y que emprenden como una manera de aumentar su ingreso y, como consecuencia, no le están dedicando la calidad de tiempo y esfuerzo que el negocio requiere para crecer.

Cambio de objetivo. Ante esta situación que revela el GEM, es hora de afinar la mira en un objetivo diferente. Si seguimos haciendo más de lo mismo, los resultados de nuestros emprendimientos van a seguir siendo rezagados y de muy baja calidad competitiva.

En los últimos meses el Ministerio de Economía ha realizado una labor titánica para revertir una situación que el informe GEM describe con absoluta claridad.

Sin embargo, este esfuerzo parecería ser que no ha permeado en los legisladores de la comisión legislativa que están discutiendo la modificación a la Ley del Sistema de Banca para el Desarrollo.

Si por la víspera se saca el día, parecería ser que la reforma a la ley del Sistema de Banca se estaría centrando en dar microcréditos con topes máximos de hasta 7,5 millones de colones

Sería triste para el país que después de haber presentado las conclusiones del Informe Mundial GEM sobre la fragilidad de nuestros emprendedores se siga insistiendo en perpetuar la subsistencia, la necesidad y la pobreza a través del endeudamiento, en lugar de apoyar la transformación de estos emprendimientos hacia nuevas oportunidades de negocios.

De ser ciertas estas afirmaciones, parecería ser que se quiere condenar al país a seguir en un modelo basado en la empleabilidad y creciendo a tasas vegetativas históricas que no son suficientes para las necesidades que tenemos. Es menester cambiar el contenido del Sistema de Banca para el desarrollo evitando condenar a nuestros jóvenes a ser empleados de por vida.

Muy difícil generar transformaciones en Puntarenas, Upala, Osa o Limón, bajo la premisa de atraer inversión extranjera a esas zonas. Es allí donde el modelo Inversión Extranjera Directa se agota; es ahí donde debemos hacer un alto y entender que el modelo de desarrollo se debe complementar con la nueva economía del emprendimiento

Pero este esfuerzo no se puede lograr solo con microcréditos; hay que complementar el paradigma con fondos de capital semilla que no sigan endeudando a la gente y con recursos frescos que le apuesten a emprendimientos innovadores y que con seguridad van a requerir de mas de ¢7,5 millones para surgir y salir adelante

El dinamismo de nuestra sociedad dependerá cada vez más de su capacidad para emprender.

En una Costa Rica como la que estamos viviendo, la forma más genuina de potenciarla es alentando, apasionadamente y con altas dosis de creatividad, la creación y recreación de miles de emprendimientos de calidad

Los datos del GEM en países como, Israel, Finlandia y Corea entre otros son ejemplos de modelos de desarrollo que han sido construidos desde hace 20 años por lideres con visión que le apostaron a la inversión en el emprendimiento para sacar adelante la tarea. Es urgente impulsar la creación de nuevas empresas dinámicas, innovadoras que rejuvenezcan el tejido productivo de Costa Rica, pero eso no se puede lograr solo a través del endeudamiento patrimonial de la gente.

Los fondos de capital semilla son una inversión que el país necesita hacer en los jóvenes emprendedores, en el talento y la creatividad de sus ciudadanos y para eso es necesario reformar la ley de Banca para el Desarrollo que se esta discutiendo en la comisión legislativa. Es fundamental convertir el peaje bancario en un canon para darle sostenibilidad a los recursos del sistema. Es hora de pasar de un modelo basado en la generación de empleo a un modelo basado en la generación de riqueza. Es hora de volver a creer en nuestra gente.

Marcelo Lebendiker. Economista, presidente de Parque Tec, Coordinador Consorcio GEM Costa Rica