Reeduquemos nuestros cerebros para la sostenibilidad ambiental

Gracias a la plasticidad neuronal, nos es posible modificar cada tres segundos todo aspecto de la realidad

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Los seres humanos somos testigos y artífices en gran medida de los grandes daños que se cometen contra la naturaleza, y olvidamos que no es infinita, al igual que los beneficios que nos ofrece para la vida en sus diversas formas.

Nos encontramos en una etapa crucial en la que sentimos el impacto del cambio climático en nuestra vida cotidiana.

Los países latinoamericanos comienzan a afrontar graves crisis debido a la falta de agua y, aun así, seguimos siendo regidos por un sistema económico capitalista muchas veces salvaje para con la naturaleza. Concebimos el desarrollo solo bajo enfoques económicos, y soslayamos el equilibrio indispensable que debe existir entre mejorar las economías latinoamericanas y conservar el medioambiente, al mismo tiempo que conseguimos que la vida se torne más digna.

De acuerdo con la neurociencia, somos capaces de hacer cualquier cosa, y esto se relaciona con una parte de nuestro cuerpo que se denomina cerebro, el cual emite constantemente pensamientos, sensaciones y emociones que se reflejan en nuestra manera de ver la vida y actuar. Al darnos cuenta de estas capacidades, seremos conscientes de la necesidad de reeducar nuestro cerebro para alcanzar la plena sostenibilidad.

Gracias a la plasticidad neuronal, nos es posible modificar cada tres segundos todo aspecto de la realidad, es decir, poseemos las herramientas en nuestro propio cuerpo para repensar la manera en que es concebido el desarrollo no sostenible y la apatía hacia la naturaleza.

Está demostrado científicamente que desde pequeños los seres humanos somos pacientes, cooperativos y empáticos, al igual que otros seres vivos. Un ejemplo de ello es el afecto de nuestras mascotas, solo que nosotros somos educados en una sociedad superficial, individualista y egoísta, que se opone a nuestra propia naturaleza, y desconocemos hasta el valor incalculable de los bosques latinoamericanos y su megadiversidad indispensable para la vida.

Debemos dejar de ver como normal la deforestación de las selvas, la extracción de minerales sin ningún tipo de controles, la contaminación de los ríos y demás acciones negativas.

Como latinoamericanos, debemos comenzar, tanto los gobiernos como la sociedad civil, a apropiarnos de nuestros activos ambientales y hacer un uso sostenible de ellos, dejando de lado el concepto equivocado de que los más aptos son los más fuertes, egoístas o apáticos.

La naturaleza nos ofrece una perspectiva diferente de ver la vida. El cerebro posee la capacidad de reaccionar en gran medida a estímulos, por lo que este artículo se convertirá en uno que viajará directamente a este órgano y contribuirá a comprender la trascendencia que tiene la naturaleza para nuestras vidas.

Incentivando nuestras neuronas, entenderemos que la vida según la ciencia es un proceso autodirigido, en el que tenemos motivos de sobra para confiar en que es posible continuar garantizando nuestra existencia en el planeta si actuamos de manera articulada y responsable como sociedad.

jdcondet@ut.edu.co

El autor es ingeniero forestal, egresado de la Universidad del Tolima y estudiante de la Maestría en Desarrollo Sostenible y Medioambiente en la Universidad de Manizales, Colombia.