Razones y respuestas sobre el INS

El INS tienecomo su primera preocupación elservicio al cliente

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En su columna del 18 de mayo de 2013, don Luis Mesalles, con su habitual mesura e inteligencia, plantea varias preguntas de fondo. ¿Por qué el INS, desde el 2006 y durante estos años que lleva en régimen de competencia, muestra resultados que superan de forma notoria los de su época de monopolio? ¿Es que Harry Potter nos asiste con su varita mágica? Nada de eso.

A nuestra llegada, en el 2006, nuestro propósito primario fue abrir el mercado de los seguros a la competencia. Para ello en los dos primeros meses definimos los dos proyectos de ley necesarios, el de la Ley Reguladora del Mercado de Seguros y el del Contrato de Seguros. El primero rompía el monopolio y el segundo modernizaba nuestra legislación contractual en materia de seguros. A la par de esto, en el 2006 planteamos internamente un plan de corto y mediano plazo denominado Plan Integrado de Competitividad , indispensable pues sabíamos que la competencia venía en serio.

Los resultados hablan por sí solos: las utilidades crecieron notoriamente por encima de las habidas en monopolio. Igualmente las ventas. Igualmente la productividad por empleado, que creció 2,5 veces. El patrimonio del INS pasó de US$250 millones a US$1.250 millones hoy. Mayor que el de la aseguradora argentina más grande, que termina el 2012 con US$840 millones. Este patrimonio es el más grande entre las empresas de banca, seguros y finanzas de Centroamérica.

Vamos a las interesantes preguntas de don Luis.

Pregunta 1: ¿Qué se hace con todo ese dinero?

En la ley aprobada en agosto del 2008, pusimos un artículo, de personal concepción, que dejó claras las reglas del juego: de las utilidades que se produzcan cada año, el INS, después de pagar el 30% de impuesto de renta, le entregará el 25% a la Hacienda Pública. El 75% restante se capitaliza o engrosa el patrimonio, para que la empresa pueda competir y crecer.

Tuvimos también cuidado de que la ley estableciera aspectos fundamentales contenidos en nuestro plan estratégico, como, por ejemplo: en monopolio era el ministro de Hacienda quien decidía cómo se remuneraba el patrimonio y reservas del INS. La ley dejó eso en manos del INS. También definió la ley la potestad del INS de vender seguros en el extranjero, potestad ratificada por la Sala Constitucional, por la Contraloría y admitida por la Superintendencia de Seguros.

El tema de vender seguros fuera de Costa Rica está en nuestro plan de gestión diseñado en el 2006, por razones técnicas elementales: los seguros obedecen a la teoría del riesgo y las estadísticas. La historia de las compañías de seguros en el mundo muestra que hay que buscar la dispersión del riesgo como fundamento para tener éxito y para competir en una economía globalizada. El pueblo sabiamente dice “no metas todos los huevos en una sola canasta”. La inteligencia en el negocio de los seguros señala: “disperse el riesgo”.

Nuestros competidores multinacionales practican esa máxima y dispersan el riesgo. Veamos lo que hace nuestra competencia: ¿Qué hace la multinacional MAPFRE? Está vendiendo en todo el mundo y sus ventas en América le “salvan la tanda” con su actividad en la deprimida España. ¿Qué hace Pan American Life de Nueva Orleans? Está vendiendo en casi toda América. ¿Qué hace la panameña ASSA? Vende en toda Centroamérica. ¿Lo hacen por calentura de sus presidentes? No. ¡Lo hacen porque saben de negocios!

El INS puede invertir en obra pública. Lo vengo proponiendo desde hace años. Lo que ahora propone don Otto Guevara es un simple reciclaje de mi idea, solo que don Otto lo hace matando la gallina de los huevos de oro, pues se lleva la plata y ni paga intereses ni devuelve el principal.

Preguntas 2 y 3: ¿Qué pasa si al INS no le va bien en esa aventura por Centroamérica? ¿Quién asume las posibles pérdidas? El análisis del mercado centroamericano de los seguros muestra una actividad en continuo crecimiento, más allá del crecimiento de la economía de estos países. La inversión del INS se haría constituyendo o comprando sociedades anónimas de seguros en el área con buenos resultados.

En la hipótesis de que una de las sociedades que el INS ponga a trabajar en Centroamérica fracase, el único riesgo es la pérdida de esa inversión en específico. Y en esa hipótesis sería una pérdida patrimonial para el INS. Es el riesgo de todo negocio.

Pregunta 4: ¿Qué ganamos los costarricenses con tener un INS muy grande compitiendo en Centroamérica? Ganamos el 25% de unas utilidades que pueden ser mayores, que servirán para hacer más escuelas u hospitales.

Pregunta 5: Si le va muy bien en esos mercados, ¿sentirá el INS que el Istmo también se le hizo pequeño a la ballena, y tendrá que buscar otros mares? No atravesemos el puente hasta llegar al río. Primero demostremos que los ticos somos capaces de hacer bien las cosas en Centroamérica.

Pregunta 6: ¿quiere tener empresas públicas más grandes, o mejores servicios en áreas donde hoy tenemos enormes deficiencias? Queremos tener mejores servicios. El INS tiene como su primera preocupación el servicio al cliente. Pero para dar un mejor servicio debe disponer al menos de armas como las que tiene la competencia: dispersar el riesgo con un costo menor al del reaseguro, lo que redundará en mejores tarifas. Eso lo puede hacer la competencia.

¿Por qué regla de tres no lo puede hacer el INS?

Si nos pusimos a competir, ¡déjennos hacerlo!