¡Qué viva el agua!

Es preocupante la cantidad de agua potable que se desperdicia en Ojo de Agua

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Tiene toda la razón don Freddy Pacheco al denunciar el derroche de agua potable que se da en el Balneario de Ojo de Agua en La Ribera de Belén (LaNación, 26 de enero de 2013). La semana pasada, tuve la dicha de llevar a mis hijos a las piscinas de Ojo de Agua, donde más de 15.000 personas por mes disfrutan de la pureza de esta agua al pagar una entrada de ¢1.500 a su administrador, el Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop).

Sin embargo, da cargo de conciencia ver la cantidad de agua potable que sale del ojo y que pasa por los cuerpos de cientos de personas para luego caer en un lago, hacerse pozos en el cemento (por la cantidad de fugas que presenta la cañería del lugar) y luego ir a dar al río.

Este centro recreativo se inauguró en la época de la presidencia de la República de Ricardo Jiménez (1932-1936) y fue durante su gobierno cuando se construyó la tubería que va desde ahí hasta Puntarenas. El balneario original luego fue modernizado durante la presidencia de don León Cortés (1936-1940).

La tubería de 80 kilómetros de longitud se inicia en el balneario y abastece a varios sitios en Puntarenas, así como a pueblos cercanos al trayecto de la cañería (muy similar al de la línea del ferrocarril), como Escobal, Balsa, Cascajal, Ceiba, Tivives y Mata de Limón (La Nación, 5/10/2003). Con esa tubería de los años 30 se sigue brindando agua potable a más de 80.000 personas al tomar 100 litros de agua por segundo de Ojo de Agua del total de los 350 litros de agua por segundo que emanan. Además, hay otra conexión en el balneario para abastecer a parte de San Rafael de Alajuela, y aseguran que hay algunas otras concesiones de agua viejísimas que llegan a agricultores de Ciruelas y Turrúcares, y otra para abastecer las necesidades de Intel. El resto del líquido cae a la piscina del trampolín, pasa por las demás piscinas y llega al lago. De allí, el agua sigue a la quebrada La Fuente en donde pierde su potabilidad y termina en el río. Ni siquiera hay un sistema de riego que aproveche esas mismas aguas para regar los jardines bastante secos que tiene, en sus casi 100.000 metros cuadrados, el balneario. Exactamente cuántos litros por segundo caen al río, no lo sé. Pero con solo un pequeño porcentaje de esta agua bastaría para mantener estas piscinas limpias si se invirtiera con sentido común en el lugar.

Si fuesen más de 50 litros por segundo los que sirven para que 15.000 personas por mes naden, sí sería un total desperdicio. Tal vez en los años 30 era válido por la gran cantidad de agua que había en el país para tan poca población y porque no existían los sistemas de cloración o bombeo que existen hoy en día. Pero no puede ser que 80 años después continuemos desperdiciando agua e inclusive que no se den permisos de construcción por falta de fuentes de agua en el mismo lugar donde se desperdicia esta cantidad de líquido.

Si el Ojo de Agua es esa estructura artificial construida sobre una fuente de aguas subterráneas que sale en La Ribera de Belén y desde donde emanan 350 litros de agua por segundo, aprovechada en 1932 para construir el acueducto a Puntarenas, ¿cómo puede ser que 80 años después siga con el mismo propósito?

Me encantaría conocer cuáles son los proyectos que tiene la Municipalidad de Belén, el Incop, y hasta el AyA, para que se comience a aprovechar ese preciado líquido lo más pronto posible.