¿Qué está pasando con las orcas?

Para prevenir agresiones entre orcas y turistas, existe una inmensa cantidad de información al alcance de la mano

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Los actos desesperados de una población de orcas gravemente amenazadas las lanzaron a la fama. Es una pena que el interés en ellas sirva para alimentar mitos y hasta posturas políticas, pero no para educar a la gente acerca de la realidad que afrontan estos animales.

Las orcas son muy grandes. Los machos llegan a sobrepasar los 9 metros de largo y pesar casi 8 toneladas. Viven hasta 100 años en libertad y forman sociedades sumamente complejas. En ellas, las crías son educadas por sus familiares sobre todo lo necesario para sobrevivir.

Son animales de crecimiento muy lento, los machos alcanzan la madurez sexual a los 25 años y las hembras, poco después de los 15. Esto implica que las poblaciones de orcas se multipliquen al mismo ritmo, en especial, en sitos de mucha intervención humana.

Sabemos que el ruido de los botes y el tráfico marino en general les dificulta comunicarse, las estresa y ahuyenta las presas. Como consecuencia, les cuesta alimentarse y bajan de peso peligrosamente.

En promedio, una hembra es capaz de producir una cría de manera exitosa cada siete años. El complicado proceso que conlleva el embarazo y el cuidado de las crías las torna particularmente protectoras, por eso no es raro que las demás se comporten de manera hostil hacia los intrusos.

Expertos europeos vienen estudiando esta pequeña población, de apenas 19 ejemplares, y estiman que atacan los botes a raíz de un evento traumático ocurrido en el pasado a la matriarca del grupo.

Para prevenir agresiones entre orcas y boteros, existe una inmensa cantidad de información al alcance de la mano para saber dónde están y que no se les acerquen, pero los turistas hacen caso omiso.

La triste consecuencia es que, debido a los pocos botes que sufren daños menores, las orcas son representadas internacionalmente de forma negativa, por culpa de la imprudencia de los humanos. No es cierto que se esté produciendo una “guerra” entre orcas y humanos, pero se está dando el turismo irresponsable, que debe ser sancionado para evitar más problemas.

En Costa Rica tenemos orcas y el principal problema que afrontan es que la mayoría de las personas ni siquiera saben que existen, por lo que es imposible proteger aquello que se desconoce.

He dedicado los últimos cinco años a estudiar esta población. Comencé en Orcas en Costa Rica y los resultados hasta ahora son asombrosos: descubrí que las orcas de nuestras aguas realizan viajes frecuentes por la región y pueden verse durante casi todo el año.

Se movilizan en grupos pequeños, entre dos y siete individuos. Además, tienen una característica particular, una dieta muy variada, lo cual les permite actuar como primordiales reguladoras de muchas especies y, por ende, mantener el equilibrio ecológico.

Nuestras orcas están amenazadas por la pesca ilegal, la sobrepesca, la contaminación y prácticas turísticas irresponsables. Hay abundantes videos en las redes sociales de turistas nadando con orcas en el país. Aparte de ser una actividad peligrosa e ilegal, las estresa, causa cambios en su comportamiento y hasta les transmite enfermedades.

Las orcas son animales fantásticos, el mayor depredador de nuestros mares y pieza elemental para la salud de los ecosistemas marinos. Nuestro deber es conocerlas, protegerlas y apoyar las iniciativas de investigación existentes para aprender más sobre ellas.

Las poblaciones de orcas en el mundo son muy pequeñas. Por eso, si no actuamos para conservarlas, su extinción es muy probable. No imagino nuestro planeta sin ellas.

ccastroa1707@gmail.com

El autor es biólogo.