Progreso gracias al comercio exterior

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Se decía en los años 70 que “el mejor ministro de Hacienda era una buena cosecha de café” o “una helada sobre los cafetales por florear en Brasil”. Y no era para menos: el café representaba alrededor de un tercio de las exportaciones del país. Sin embargo, un fenómeno climático adverso y la consecuente caída del precio internacional solían generar una crisis, no solo en el sector cafetalero, sino en la economía nacional.

En 1977 las exportaciones totales apenas superaban los $828 millones anuales y el café representó el 39% de ese total. Los cuatro principales productos de exportación juntos –café, banano, carne y azúcar– representaron ese año dos tercios (64%) de las exportaciones totales del país.

En el 2015, apenas 19 años después de la creación del Ministerio de Comercio Exterior, las exportaciones se multiplicaron casi 12 veces con respecto a 1977, alcanzando los $9.649,7 millones. El café representó un 3,2% y los productos tradicionales constituyeron, conjuntamente, el 12,6% de las exportaciones totales, ello a pesar de que sus ventas al exterior se duplicaron en valor con respecto a 1985.

Asimismo, los principales cuatro bienes exportados en el 2015 sumaron un 32,7% de todas las exportaciones de bienes, aproximadamente la mitad que representaron los cuatro principales productos en 1977, con la gran diferencia de que en el 2015 dos de esos cuatro productos corresponden a manufacturas sofisticadas.

Dinamismo. El Ministerio de Comercio Exterior ha sido una herramienta fundamental para que Costa Rica diversifique sus exportaciones. Gracias a su trabajo, la economía costarricense no sufre graves estragos cuando una enfermedad ataca algún cultivo; cuando una sequía disminuye la productividad de otro; ni siquiera cuando la reorganización de un sector productivo clave reduce, de un año a otro, poco menos de una cuarta parte de las exportaciones de bienes, como sucedió en el 2015 con la reestructuración del sector de manufactura electrónica.

Esto no da pie, desde luego, para ignorar los problemas muy reales y puntuales que viven los sectores cuando se presenta alguna de las situaciones descritas, pero en el agregado, la resiliencia de nuestra economía es hoy muchísimo mayor.

La diversificación de las exportaciones no es solo asunto de variedad de oferta exportable. En el 2015, 2.447 productores exportaron 4.355 productos distintos a 150 países en el mundo.

Costa Rica, a diferencia de otros países de la región, que siguen dependiendo de la exportación de pocos bienes con relativamente bajo valor agregado (bienes primarios), ha sobrellevado de una mejor manera las fluctuaciones y la crisis de la economía mundial de las últimas décadas, gracias a la reducción de dependencias y riesgos sistémicos asociados, y a tener una canasta exportable y de compradores mucho mejor distribuida.

Cifras positivas. Hoy, los equipos médicos y de precisión, los productos de la industria alimentaria, los dispositivos eléctricos y electrónicos, los productos químicos y farmacéuticos, los plásticos y la metalmecánica representan un 60% del total de nuestras exportaciones de bienes. Los productos agrícolas y pecuarios alcanzan poco más de la mitad de esa cifra (31%).

Asimismo, un 39% de las exportaciones –equivalente a $3.798 millones– fueron clasificadas en el 2015 como de contenido tecnológico alto y medio.

Los servicios se han convertido en el dinamizador más importante de las exportaciones del país, habiendo crecido de manera acumulada un 164% entre el 2005 y el 2015 (10% de crecimiento promedio anual), representando en el 2015 un 42% de las exportaciones totales del país. Las proyecciones indican que alcanzarán el 50% en los próximos años.

En términos per cápita, Costa Rica exportó $391 por habitante en 1977, cifra que se multiplicó por más de cinco veces al pasar a exportar $1.997 por habitante en el 2015. Al mismo tiempo, el PIB per cápita en dólares –la producción nacional dividida entre el número de habitantes– se multiplicó por más de siete veces en el 2015 con respecto a su valor de 1977.

Lo pendiente. Quedan importantes retos por delante. Es viable y necesario lograr una distribución geográfica más proporcional de las exportaciones, pues lo contrario impide que los innegables beneficios del comercio lleguen con la misma intensidad a todos los costarricenses.

En el 2015, el 71,5% de las exportaciones se generó desde la región central, mientras que regiones como la Chorotega, Brunca y Pacífico Central apenas aportaron alrededor de un 2% cada una.

Los beneficios de la política de inserción en el comercio internacional que Costa Rica ha implementado en los últimos 20 años, sobre la base de la sólida institucionalidad del comercio exterior, son notorios y muy significativos.

El crecimiento económico ha girado en buena medida en torno a dicha inserción. Gracias a ello, Costa Rica ha logrado integrar una porción significativa de su economía a las cadenas globales de valor y hoy los costarricenses disfrutamos de mayor prosperidad y estabilidad que hace veinte años.

El autor es ministro de Comercio Exterior.