Problemas de fácil solución

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No todos los problemas que nos agobian diariamente son difíciles de resolver, muchos de ellos son de fácil solución porque no necesitan grandes inversiones de dinero y tenemos los medios para atenderlos; sin embargo, continúan molestando a los ciudadanos, pues las autoridades no les prestan atención y la población se ha ido acostumbrando a ellos en un proceso de pérdida de valores y deficiente toma de decisiones, debido a la falta de capacidad y voluntad de hacer las cosas. También porque la irresponsabilidad e incompetencia para desempeñar un puesto no se castiga con el despido.

Parece que gobernantes y gobernados no se dan cuenta de que la ineficiencia es sumamente costosa, alcanzando anualmente muchos miles de millones de colones. Pondré algunos ejemplos:

Lenguaje de los jóvenes. El retroceso es enorme en el lenguaje que usan los jóvenes para comunicarse entre ellos: se trata de una especie de dialecto soez e impreciso que solo permite contar historias muy pobres en contenido, entretejidas con carcajadas vulgares. ¿Será posible avanzar así en la era de la revolución digital y epigenómica? ¿No es sorprendente que los grupos que tuvieron la oportunidad de ser profesionales y hasta hacer posgrados, hablen como en el pasado lo hacían únicamente los pachucos analfabetos? Hábitos que anteriormente eran propios de pueblos muy atrasados son hoy día lo que está de moda en las clases medias y altas de nuestros países, las cuales trivializan lo importante y glorifican lo superfluo… y esto sale caro.

Conducción en carretera. Conducir en carretera por el carril izquierdo se ha convertido en un hecho masivo y, en consecuencia, se adelanta por la derecha, lo cual contribuye a que se presenten más accidentes en las vías; además, a la mayoría no le preocupa conducir con exceso de velocidad y bajo el efecto del alcohol. Y, cuando ocurre el accidente, uno se pregunta por qué no se mueven los vehículos para no obstruir el paso. Hace unos días, escuché decir a un funcionario de Conavi que los derrumbes en la ruta 32 no se podrán evitar, porque esas montañas están dentro de un parque nacional. ¿Es que, en tantas décadas de accidentes fatales y retrasos en las exportaciones, nadie ha logrado encontrar una salida legal a tal horror? ¿Por qué tardamos tanto en arreglar o llevar a cabo cualquier cosa?

Otros asuntos. Y también están los huecos en calles y carreteras, la horrible contaminación visual que produce tanto anuncio luminoso, cada vez de mayor tamaño, o la indisciplina de peatones, la corrupción rampante, las citas a largo plazo en el seguro social, los problemas del abastecimiento de agua y la escasa utilización productiva de la basura, que entonces se acumula y forma focos de contaminación contra la salud pública.

Por otro lado, en cuanto a otros asuntos de gran trascendencia pero más difíciles de resolver, seguimos sin avanzar suficiente en frenar el alto costo de la vida, ni respecto a Internet, infraestructura, educación de calidad, reforma y evasión fiscal, etc.

Mucho de lo anterior se debe a falta de patriotismo, políticas públicas inadecuadas, funcionarios públicos y privados corruptos, impunidad e instituciones disfuncionales. También contribuyen a este despropósito la desintegración familiar y el mal ejemplo de los padres.

Entre todos. La esperanza que ha renacido con el fuerte liderazgo, sereno e incluyente, del presidente, Luis Guillermo Solís, debe servir para que, entre todos, cambiemos lo malo que tenemos y mejoremos lo bueno que también tenemos. Así es como funcionan las democracias modernas.