Podemos hacer FIV

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Técnicamente ya es posible ofrecer todos los servicios de reproducción asistida a las tantas parejas con problemas de fertilidad en Costa Rica. Sin embargo, hasta ahora ha sido imposible ofrecer las técnica s de fertilización in Vitro (FIV) a las casi 3.000 parejas que anualmente las requieren. El filibusterismo político, sin sustento científico ni consideración hacia los sentimientos de sus prójimos, impide dar la ayuda solidaria que demandan nuestra Constitución y los compromisos internacionales que hemos contraído con la defensa de los derechos humanos.

En la actualidad, solo algunas de estas parejas cuentan con recursos económicos suficientes para optar por el tratamiento reproductivo fuera de nuestro territorio. En países como Panamá, Colombia, México y España tienen la libertad de recibir los tratamientos de fertilización in vitro para alcanzar su sueño de formar una familia. La prohibición actual para ofrecer estos tratamientos en suelo costarricense resalta una desvergonzada posición moralista de unos pocos en perjuicio de los más desaventajados. Esto contrasta en mi mente con la igualdad de oportunidades en la que se sustenta el desarrollo social de nuestra querida nación.

Estamos listos. Ya contamos con excelentes profesionales médicos preparados, disponibles y apasionados por ayudar a estas parejas. El Colegio de Médicos y Cirujanos registra 15 ginecólogos con subespecialidad en reproducción asistida, la gran mayoría de los cuales laboran actualmente para la Caja.

Sin embargo, la nota “CCSS prevé realizar 3.000 fertilizaciones in vitro al año”, de Ángela Ávalos, publicado en La Nación del 28 de noviembre, indica que la principal limitación para el desarrollo de estos tratamientos es que no se cuenta con embriólogos para realizarlos.

Yo soy embrióloga, graduada de una especialidad en ténicas de reproducción de asistida de alta complejidad de la Universidad Autónoma de México (UNAM), en conjunto con el Instituto Nacional de Perinatología, y microbióloga –especialista en química clínica– de la Universidad de Costa Rica. Este año fui aceptada como miembro individual de la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (Redlara). Participé, durante mi tiempo de estudio en México, en la coordinación de la visita para la comisión designada por la Gerencia Médica de la CCSS para el Programa Institucional de Atención en Salud de la Pareja Infértil con el fin de analizar procesos, organización, gestión, infraestructura y aspectos ético-legales de los laboratorios de FIV.

Actualmente realizo los procesos para que mi título de especialista sea reconocido por el Consejo Nacional de Rectores (Conare) y que sea incluido como especialidad dentro del Reglamento del Colegio de Microbiólogos. Esta es una tarea complicada en un país en el cual no es permitido ejercer mi especialidad y que, por lo tanto, ninguna universidad lo imparte para poderlo equiparar.

Soy una tica apasionada y comprometida con mi profesión. Al igual que muchos otros, salí del país a estudiar y regreso porque tengo una causa: estoy aquí porque quiero, puedo y necesito aportar.