Patrimonio olvidado

La casa Jiménez de la Guardia es claro ejemplo del largo camino que aún debemos recorrer

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En el corazón de San José yace una joya de la arquitectura de nuestro país. Olvidada bajo el bullicio de los autos y el humo negro que emana de ellos, la Casa Jiménez de la Guardia mantiene una lucha de supervivencia.

Esta casa que perteneciese a una personalidad de antaño, hoy permanece abandonada, saqueada por sus nuevos “inquilinos”, indigentes y vándalos que buscan robar y destruir sus peculiares detalles arquitectónicos

Considerada por muchos como el mayor exponente del “Art Nouveau” en Costa Rica, esta residencia nos da aires franceses al apreciar su fachada, la cual, no obstante, presenta serias señales de deterioro. Los años y el olvido han dejado su huella y amenazan con su destrucción total.

Es curioso notar cómo turistas extranjeros posan ante sus cámaras frente al inmueble, que, a pesar de su lamentable estado, sigue siendo una atracción, y es que no cabe duda de que este edificio es único en san José.

Me llama la atención cómo esta residencia es promocionada como atracción turística en la página web de nuestro país. Es incluida como destino en “la caminata de barrio Amón”.

En su descripción se resalta su valor arquitectónico y cultural, pero, al llegar al sitio, solo encontramos un diamante sin brillo, un recuerdo de una Costa Rica pasada que muchos olvidan.

Si bien es cierto que existen muchos esfuerzos por el rescate patrimonial, la casa Jiménez de la Guardia es el claro ejemplo del largo camino que aún debemos recorrer. En el país todavía existen muchos sitos con alto valor histórico, pero los fondos son limitados y en muchos casos el dólar vale más que la identidad. La defensa del patrimonio no solo es la restauración de una casa o edificio, es la restauración de nuestra identidad como costarricenses.

Es el entender de dónde venimos y no perder los valores que nos forjaron como nación.

Mientras un proceso legal demora la restauración de la casa Jiménez de la Guardia, el tiempo sigue haciendo de las suyas; con cada día que pasa, aumenta el riesgo de perder otro aspecto de nuestra identidad es latente.

No permitamos que otro patrimonio sea perdido por la construcción de un parqueo o edificio sin valor, que sea arrastrado al olvido por la indiferencia de sus propietarios, dejándonos así a una San José repleta de concreto sin ningún valor cultural, donde no existe rastro alguno del pasado que nos formó.