Pasaporte al País de Nunca Jamás

Comparto la frase de Barrie : ‘La vida es una larga lección de humildad’

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Por alguna misteriosa razón, el autor teatral escocés sir James Matthew Barrie, más conocido como J. M. Barrie, lanzó una especie de sortilegio para quien se atreviera a biografiarlo. Pese a la maldición, no pocos lo intentaron, aunque se presenta siempre como una especie de calidoscopio, fragmentado, repetitivo y policromático en una era gris y victoriana.

Escribió al menos 47 obras de teatro llevadas a los escenarios, fue contemporáneo en la Universidad de Edimburgo de otros dos gigantes literarios: sir Arthur Conan Doyle ( Sherlock Holmes ) y de Robert Louis Stevenson ( La isla del tesoro y El extraño caso del Dr. Jekyll y el señor Hyde ). Particularmente comparto una hermosa frase de Barrie que se puede traducir como: “La vida es una larga lección de humildad”.

A partir de una vivencia personal, escribió una obra que lo condujo a la posteridad: Peter Pan. La trama es bastante conocida, pero de alguna manera logró sensibilizar las fibras de la sociedad inglesa de su tiempo, impregnada del hollín de la Revolución Industrial y pontificó la infancia como un ideal perpetuo que incluso podía librarnos de la supuesta maldad del temible Capitán Garfio.

Campanita era su fiel y despistada acompañante. Los niños perdidos hemos sido todos quienes hemos estado desorientados, huérfanos de afecto, guía, o sin brújula en un momento dado.

Lealtad. Wendy siempre fue leal. De acuerdo con el texto, fue la primera en creer en Peter y guió al grupo. No era quizás tan complicado, simplemente se trata de volar hasta lo más alto del cielo y girar en la segunda estrella a la derecha hasta el amanecer. Nunca se les pidió peaje o pasaporte. Pero los tiempos cambian… y despertamos adultos, nos descubrimos en las librerías comprando mapas, con un poco de sonrojo en la faz, tratando de llegar al niño interior que sospechamos que aún nos habita y que los psicólogos insisten que tenemos que mimar.

Hasta las mejores ideas se salen de contexto, Michael Jackson llamó a su rancho Neverland. Unos dicen que fue una trampa parafílica, otros creen que el astro del pop se negó a crecer como producto de los abusos sufridos en su infancia.

Lo cierto es que nada dura para siempre, la piel envejece, la mirada va perdiendo su fulgor, pero a veces cuando me siento más solo, miro al cielo estrellado y sigo creyendo en la magia de lo cotidiano, las bondades diminutas y, tal vez, un día escuchen un tintineo… y ya no regrese.

El autor es abogado.