Seamos claros: el paquete fiscal no le ayudará al país excepto para darle tranquilidad a los acreedores del gobierno. Esa es la realidad.
Los mercados ya manifestaron su desconfianza al Ministerio de Hacienda a finales de octubre, cuando mostraron reticencia para comprar y canjear bonos de deuda y exigieron premiums en el mercado secundario y altas tasas en el primario. Debido a esa falta de demanda, se inició la devaluación del colón porque Hacienda empezó a demandar las reservas internacionales del Banco Central para pagar sus deudas.
A hoy, Hacienda no ha querido reportar con detalle los resultados de las ofertas de colocación. Me temo que cometió el error de apostar por los contratos de colocación en lugar de por el endeudamiento externo institucional con autorización de la Asamblea Legislativa, a través de eurobonos o de préstamos puente o estructurales con las instituciones multilaterales.
Las dos agencias financieras, Fitch Ratings y Moody’s, ya reportaron que tienen en revisión a la baja la calificación de nuestra deuda pública. Aunque “nos hemos portado muy mal”, mantienen la esperanza de que daremos pronto señales de cambio para no ponernos un castigo. Si no pasamos el plan fiscal antes de que acabe el año, bajará nuestra nota crediticia y al gobierno le costará, aún más, captar dinero en los mercados para pagar salarios, transferencias e inversiones.
Despilfarro. Los costarricenses estamos muy molestos porque no vemos una actitud de austeridad gubernamental.
Algunos funcionarios públicos aprovecharon la huelga para salir de viaje, la Cancillería tomó decisiones incorrectas de clientelismo político, pensionados de lujo y sindicatos defienden sus privilegios, las universidades públicas y el Poder Judicial mantienen una actitud de intocables, el MAG gasta $2 millones en una soda, la canciller paga millonarios viáticos. Ya es hora de que la administración dé el ejemplo y se soque la faja.
El Partido Unidad Social Cristiana dejó las finanzas sanas en el 2006 y la manera histórica como ha resuelto una y otra vez los déficits fiscales, que en su gran mayoría hemos heredado, ha sido a través del crecimiento económico. Creciendo al 2 %, al 3 % o tal vez al 4 %, no nos va a alcanzar para pagar la deuda adquirida en los últimos años. Tenemos que pensar en grande y acelerar nuestra economía.
Es fundamental la reactivación económica. Un paquete de impuestos que no contemple cómo reactivar la economía puede ser altamente perjudicial para el país. Es necesario generar inversión y oportunidades de trabajo.
Peticiones. Hemos solicitado al gobierno tomar acciones para modernizar las jornadas laborales a través del teletrabajo y la jornada 4-3 para promover la formalidad y el espíritu empresarial con incentivos fiscales a las pequeñas y medianas empresas (pymes) a fin de aportar a nuestra juventud con la educación dual, para impulsar la energía sostenible mediante la generación distribuida, para expandir nuestro mercado latinoamericano con la entrada a la Alianza del Pacífico, para abaratar el costo de vida combatiendo las prácticas monopólicas y oligopólicas en el arroz, el pollo, los medicamentos y las tarjetas, para mejorar las condiciones de nuestro clima de inversión con la reducción de trámites en la Secretaría Técnica Nacional de Ambiente (Setena), en el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara) y a la hora de inscribir una empresa, y, finalmente, muy importante, hacerle frente a la evasión fiscal aduanal para aumentar la recaudación de impuestos.
Evasión fiscal. Precisamente sobre esto último, el plan fiscal apunta en la dirección correcta al combatir la evasión con medidas como:
1. La norma antiparaíso fiscal, que autorizará a la Administración Tributaria para desconocer los gastos originados en países considerados paraísos fiscales.
2. El impuesto sobre el valor agregado (IVA) le dará mayor trazabilidad al impuesto sobre la renta.
3. La cláusula antielusiva general definirá explícitamente como ilegales las maniobras artificiales o inapropiadas que buscan reducir o eludir el pago de impuestos.
4. La globalización de la aplicación del impuesto sobre la renta hará que todos debamos declarar de igual manera la totalidad de nuestros ingresos de cualquier tipo u origen, y así cada quien pagará según corresponda.
5. La obligación de usar escáneres de mercancías en menos de 12 meses en todas las aduanas probará si los papeles de verdad coinciden con lo material. Estos aportarán a la lucha contra el contrabando y el narcotráfico.
Todos los costarricenses debemos entender que la música dejó de sonar y ya no hay plata para continuar la fiesta. Es momento de transformar el Estado y cambiar nuestro modelo económico para generar mayor justicia y prosperidad.
El autor es diputado.