Occidente cría-cuervos

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Escribí un artículo sobre armas químicas en Siria, el 27/9/13, destacando que fueron introducidas a ese país por Winston Churchill, como ministro de Guerra del Imperio Británico en el primer tercio del siglo XX. Y ahora me entero de que el programa nuclear de Irán fue iniciado por Estados Unidos como parte del proyecto Átomos para la Paz impulsado por Dwight Eisenhower. “Irán suspendió sus actividades al efecto después de la Revolución Islámica de 1979, pero las retomó posteriormente a la brutal guerra Irán-Iraq de los años 1980, que dejó a Teherán sintiéndose insegura” (Revista Time , 7 de octubre, 2013).

Entonces, respecto a las armas químicas que posee Siria y las nucleares de que, se supone, Irán trata de disponer actualmente, a Occidente le cabe, sin duda alguna, aquello de “Cría cuervos y te sacarán los ojos”.

Esa tesis tiene un distinguido campeón, el lingüista y activista político Noam Chomsky, profesor emérito de Massachusetts Institute of Technology (MIT, Estados Unidos), quien ha escrito prolíficamente sobre el tema; ha hecho audios, concedido entrevistas, generado polémica y participado en debates, que están registrados en Internet, Chomsky.info. Y, como ilustración, tomo de ahí el siguiente extracto de su famoso libro Hegemony or Survival: America’s Quest for Global Dominance (Metropolitan Books, Estados Unidos, 2003, republicado por Penguin Books, Reino Unido): “La élite socioeconómica que controla a los Estados Unidos de América ha tenido una ‘Gran Estrategia Imperial’ desde finales de la Segunda Guerra Mundial de mantener hegemonía global por medios políticos y económicos, que se desentienden de criterios democráticos y derechos humanos; una hegemonía que amenaza la especie humana, mediante la proliferación de armas de destrucción masiva”.

Chomsky tomó casos desde 1945 al 2003 para defender su argumento. Examinó el apoyo dado por el Gobierno de Estados Unidos de América a regímenes responsables de abusos de derechos humanos, “limpieza étnica” y genocidio. Enumeró intervenciones militares, bombardeos específicos y guerras enteras para apoderarse de recursos, apoyados tanto por el Partido Republicano como por el Demócrata.

Cabe señalar que algunas revisiones de prensa de la obra en Estados Unidos y Reino Unido fueron negativas, inicialmente, mientras que otras en Asia fueron positivas; y el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lo alabó abiertamente.

Es justo reconocer que las condiciones de algunos países estudiados por Chomsky –Yugoslavia, Afganistán, África del Sur, Vietnam, El Salvador, Nicaragua y Cuba– han cambiado o están cambiando. Todavía así, los reconocimientos al autor y su prestigio han aumentado en años posteriores.

Y, en lo que corresponde al título de este artículo, las tensiones actuales de Estados Unidos con Siria confirman los errores históricos que ha cometido el país del norte y justifica el interés que muestra el presidente Barack Obama en una apertura de conversaciones francas con el nuevo presidente de Irán.

¡Quiera Dios que estas sean permitidas por el complejo industrial-militar, como hubiera querido ese grande y visionario presidente Dwight Eisenhower!