Obligados al uso de gas natural y sol

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Durante la recién concluida cumbre climática en París, nuestro país brindó uno de los más fervientes ejemplos y discursos para llegar a un acuerdo que mantenga la temperatura media mundial muy por debajo de dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales.

El acuerdo finalmente se alcanzó gracias a lo que Christiana Figueres describió como una medida pragmática de los países industriales para su propio beneficio económico, más que para salvar al planeta.

El compromiso adquirido por Costa Rica en esa cumbre fue reducir las emisiones per cápita de las 2,20 toneladas de dióxido de carbono, equivalentes del año 2012, a 1,77 para el año 2030; de 1,50 para el 2050 y de -0,50 para el 2100.

La mayoría de los países industriales esperan lograr esas reducciones mediante la conversión de sus plantas eléctricas actuales que funcionan con la quema del carbón mineral, en unas que operen con gas natural y otras tecnologías que hagan uso de recursos renovables.

En Costa Rica, ya nuestras plantas eléctricas han alcanzado el 99% de operación solo con recursos renovables, de manera que, para lograr las metas comprometidas, tenemos que disminuir la quema de combustibles derivados del petróleo por parte de toda la flota vehicular.

Urgente reducción. La inmensa tarea que enfrentamos a partir de ahora será la de disminuir el costo actual de la tarifa no subsidiada de energía eléctrica renovable que la población rural y el comercio le pagan al ICE con impuesto de ventas incluido, de los ¢160 o ¢130 por kilovatio hora a un costo similar o menor al de la gasolina o diésel, que es de ¢600 el litro, o su equivalente energético de ¢60 por kilovatio hora.

Mientras los combustibles importados sigan siendo muchísimo más baratos que la carísima energía eléctrica renovable que hoy pagamos, no soñemos con un cambio de la flota vehicular por motores híbridos o eléctricos, y mucho menos con trencitos o tranvías eléctricos.

Al no ser esos medios de transporte masivo más rentables que los motores de combustión interna, no serán exitosos, aun cuando se les quite todo impuesto de importación.

La no reducción de la tarifa eléctrica implicará continuar la deforestación nacional en explotación de leña y de la importación del propano, ambas para cocinar, así como del diésel para plantas eléctricas privadas alternas para las horas pico o de cara energía eléctrica.

Gas natural y energía solar. Debido a que la drástica reducción del costo de la tarifa eléctrica será una tarea casi imposible de alcanzar a mediano plazo, dado el compromiso de pago por alto grado de endeudamiento del grupo ICE, las únicas opciones que quedan para cumplir los compromisos de la COP21 son el inminente uso del gas natural nacional en motores de transporte masivo y para la sustitución del propano en la cocina, así como el extensivo uso de la energía solar por todos los sectores nacionales, sin restricciones de ninguna índole.

La decisión la tomaremos con nuestro futuro voto.

El autor es ingeniero.