Nuevas fronteras de la tecnología limpia de bajo costo

Las energías renovables tienen un inmenso potencial para promover la diversificación económica, fortalecer la seguridad energética y fomentar oportunidades laborales

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La declaración de los líderes que surgió de la reciente cumbre del G20 en Nueva Deli destacó la necesidad urgente de una acción colectiva sobre el cambio climático y las finanzas sostenibles.

Un elemento central del Pacto de Desarrollo Verde es el reconocimiento de que la transición energética debe ser rentable para acelerar el progreso. Para alcanzar un punto de inflexión en materia de asequibilidad, debemos eliminar las barreras (como el almacenamiento de energía insuficiente y costoso) que actualmente impiden el crecimiento de las energías renovables.

Sin duda, hay mucho camino por recorrer. Según el World Energy Outlook 2022 de la Agencia Internacional de Energía, el sector energético necesita triplicar la capacidad de energía renovable de aquí al 2030 para lograr emisiones netas cero en el 2050.

También está la cuestión de la financiación. Como parte de la declaración, los líderes del G20 reafirmaron el compromiso asumido por los países desarrollados de movilizar $100.000 millones al año en financiamiento climático para apoyar los esfuerzos de mitigación y adaptación del mundo en desarrollo.

En un discurso antes de la cumbre, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmó que este objetivo se alcanzaría por primera vez en el 2023. Si bien esto representa un importante paso adelante, está muy por debajo de los $4,5 billones en inversiones anuales en energía limpia que se requieren antes del 2030 para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales.

Es evidente que es necesario un cambio masivo en nuestro enfoque hacia el financiamiento climático. Los bancos multilaterales de desarrollo y las organizaciones filantrópicas deberían desempeñar un papel vital a la hora de facilitar una financiación asequible y mitigar el riesgo para fomentar la inversión del sector privado, así como establecer fondos de bajo costo para facilitar la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables.

El objetivo no es solo reducir drásticamente el precio de las tecnologías de energía limpia, sino también reducir los costos de investigación y desarrollo, facilitar el acceso a una escala de mercado masiva y desarrollar vínculos financieros.

Pero el progreso en materia de asequibilidad requiere un esfuerzo concertado de todos los sectores. Al colaborar para reducir los costos de las energías renovables, podemos impulsar la demanda, estimular la innovación y desencadenar una transformación del mercado que allane el camino hacia un futuro más sostenible y resiliente para todos nosotros.

Mucho depende de la solución del problema del almacenamiento de energía. Es casi seguro que la energía solar y eólica representarán la mayor parte de la generación de electricidad renovable, debido a su asequibilidad y disponibilidad generalizada.

Pero estas fuentes abundan solo algunas veces: los países alrededor del ecuador reciben alrededor de 12 horas de luz solar cada día, mientras que el viento es inconsistente. Los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) están surgiendo como una solución potencial a esta variabilidad inherente, especialmente a medida que se acercan a un umbral crítico de rentabilidad.

El Consejo de Liderazgo Global, que fue establecido por la Alianza Energética Global para las Personas y el Planeta (de la cual soy presidente), ha hecho de las BESS una de sus iniciativas emblemáticas.

En la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubái, el consejo lanzará el Consorcio BESS, una asociación de múltiples partes interesadas de instituciones financieras de desarrollo líderes que apoyará el despliegue de proyectos BESS de primera generación en los países en desarrollo de África, Asia, América Latina y el Caribe.

El objetivo es movilizar cinco gigavatios de BESS para finales del 2024, asegurar más de $4.000 millones en subvenciones, financiación comercial y en condiciones favorables y, para el 2030, desbloquear 90 gigavatios de BESS para permitir 400 gigavatios de energía renovable.

La India, en particular, tiene un enorme potencial para las BESS, dado su plan de aumentar la capacidad de energía renovable a 600 gigavatios (un 65 % de la capacidad instalada total) de aquí al 2032.

Para lograr este ambicioso objetivo, las empresas de distribución deben poder adquirir y acomodar grandes volúmenes de energías renovables de manera sostenible. En el extremo de la distribución, las BESS pueden proporcionar equilibrio de la red y otros servicios críticos para reducir el costo total de la adquisición de energía.

En Nueva Deli, un proyecto de las BESS de 40 megavatios hora tiene como objetivo construir una vía escalable para un gigavatio de almacenamiento antes del 2026, y crear 10.000 puestos de trabajo. El proyecto piloto, cuando se amplíe, podría hacer avanzar la tecnología y fomentar un uso más generalizado de las energías renovables.

Esto mejoraría la estabilidad y confiabilidad de la red eléctrica, permitiendo una mayor integración de fuentes de energía limpia. Con el tiempo, el proyecto podría reducir las emisiones de dióxido de carbono y garantizar un suministro rentable y confiable de energías renovables.

Estas tecnologías tienen un inmenso potencial para promover la diversificación económica, fortalecer la seguridad energética y fomentar oportunidades laborales. Colaborar para promoverlos y establecer un panorama global donde la energía sostenible sustente la prosperidad es el tema central de los Diálogos sobre Transición Energética en la India.

La carrera para hacer que las energías renovables sean asequibles ofrece una oportunidad incomparable para generar un crecimiento sostenible e inclusivo y al mismo tiempo reducir las emisiones de dióxido de carbono. Pero solo podremos lograrlo si el sector privado, los gobiernos y la sociedad civil actúan juntos para reducir el precio de las tecnologías limpias y aumentar el acceso a ellas.

Ravi Venkatesan es presidente de la Alianza Energética Global para las Personas y el Planeta.

© Project Syndicate 1995–2023