Nueva aurora



Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Hace varios lustros que no se veía una actitud tan congruente, tan positiva y si no es exagerar mucho, tan patriótica, del primer poder de la República. ¿Primer poder? ¿No será la Sala Cuarta?

Dado el "desmadre" a que nos han llevado las leyes alegres e irresponsables dictadas durante los últimos treinta años para favorecer intereses gremiales sin consideración del daño general, es admirable encontrar hoy día un número de diputados, obviamente mayoritario, dispuesto a enfrentar las críticas de los grupos de presión que defienden intereses personalistas contra viento y marea.

La nueva Ley de Pensiones del Magisterio era una necesidad imperiosa. Nada logran los maestros con disponer de leyes regalonas y condescendientes, si a la hora de pagar los beneficios no hay con qué.

Es mejor algo que implique un sacrificio, pero que se pueda considerar seguro a través de los años que siguen.

Deja muy mal parados a los dirigentes sindicales del magisterio el estar promoviendo huelgas para no trabajar, sin proponer un razonamiento que justifique tal actitud, cuyo fin es únicamente defender privilegios que los demás costarricenses no disfrutan. De ahí el escaso respaldo que han encontrado en los demás sectores de la población. Mala también la pauta que se está exhibiendo ante los educandos. ¿Cómo se van a formar buenos ciudadanos con esos ejemplos?

A juzgar por las pancartas que llegaron a exhibirse en las barras de la Asamblea Legislativa, aquí habría que comenzar por educar a los educadores.

Este es apenas el comienzo de un largo calvario que corresponde recorrer a los dos partidos mayoritarios, pues sin el concurso de ambos no se podría hacer nada y los votos de los afectados no se van a perder porque ambos partidos están asumiendo esas responsabilidades en forma conjunta, de manera que nada ganarían los resentidos con cambiar de partido o irse a las tiendas de los más pequeños, pues aquí a nadie le gusta perder.

De manera que la única actitud positiva en estos tiempos de crisis es aguantar, sacrificarse un poco, dejar de pedir privilegios y trabajar mucho para que este barco no se hunda.

Hay más sacrificios: ahora siguen el Poder Judicial y las pensiones de Hacienda, que son otro martirio económico encajado sobre los hombros de todos los costarricenses que trabajan.

Todo ley dictada en beneficio de un grupo determinado con discriminación de los demás resulta antidemocrática y perjudicial. Privilegios de esta índole, hay varios y es necesario terminar con ellos porque... (frase gastada): "Todo ciudadano es igual ante la ley".

La Asamblea Legislativa ha venido perdiendo prestigio a través de los años por varias razones: la primera es la forma de seleccionar los candidatos para las papeletas que se proponen a los electores, en las cuales, detrás de unos cuantos nombres de prestigio, van otros que resultan ser solamente piezas manejables para los intereses de las cúpulas. La segunda es que se había levantado la barrera que existía para legislar en beneficio propio. La tercera es que se pierde mucho tiempo en asuntos de importancia secundaria, los trámites son lentos, se habla mucha "paja" y lo que sí es importante se deja para cuando "se aclaren los nublados del día". Y la cuarta es que los diputados pasean mucho y no todos los viajes reportan algún beneficio para el país.

Ahora que en realidad han aprobado en corto plazo una nueva ley de pensiones para el Magisterio, evidentemente beneficiosa para equilibrar el presupuesto, la Asamblea Legislativa comienza a recuperar prestigio, al hacer caso omiso de manifestaciones unilaterales interesadas, que en otras oportunidades han impuesto sus exigencias por la condescendencia demagógica de algunos padres de la patria.

Ojalá continúe la Asamblea por esa senda; falta mucho por hacer, parece que la ley de inquilinato, que es otra resolución difícil, va por el mismo camino.

Es de esperar que revisen el funcionamiento de todos los organismos que no están cumpliendo sus obligaciones o que las cumplen pero a muy alto precio.

La Ley Electoral, la Ley del Servicio Civil, las leyes de las entidades autónomas y la ley que creó la Sala Cuarta son temas que requieren una revisión de fondo y de forma.

Que los diputados sigan trabajando así y verán cómo el tiempo les confirmará la recuperación del prestigio, y cuando terminen su período, se llevarán para el hogar la satisfacción de haber cumplido con su deber.