Necesitamos un Plan Nacional de Competitividad

Visión, empeño y liderazgo, ¿dónde están?

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La Organización Económica para el Comercio y el Desarrollo (OECD), define competitividad como “el grado en que un país puede, en condiciones de libre mercado y justa competencia producir bienes y servicios que pasan la prueba de los mercados internacionales y mantienen o expanden los ingresos reales de la población en el largo plazo”.

La competitividad ha sido usada en las agendas de política y en diversas propuestas. Las diferentes definiciones que se pueden tener de ella y enfoques llevan a que unos la vean como necesaria para ciertas reformas y la visualicen como la gran excusa para eliminar garantías laborales y otros logros sociales. En cierto sentido buscan la competitividad espuria.

Para otros, esa palabra por sí misma es mala, ya que la ligan a baja en salarios, reformas neoclásicas y pérdida de sus condiciones laborales. Aspiran a mantener el statu quo, no mejorar la productividad, no desarrollar acciones en el campo de la competitividad porque la misma palabra les genera rechazo por representar un concepto asociado para algunos a la rentabilidad capitalista. Ambas percepciones han llevado a la inacción.

En el caso de Costa Rica es necesaria la aplicación del concepto de “competitividad sistémica”, la cual parte de un fenómeno observado en numerosos países en desarrollo que es la inexistencia o la insuficiencia del eficaz entorno empresarial, lo cual puede impedir el reajuste estructural que fomente el desarrollo productivo aun cuando la estabilización a nivel macroeconómica haya sido exitosa. Establece la competitividad sistémica diferentes ámbitos de acción que son atinentes a la realidad del país:

•El tradicional ‘micro’ (eficiencia de las empresas). Aquí hay tareas urgentes para las mipymes. Se requieren de políticas públicas proactivas y efectivas.

El meso (fomento tecnológico, formación profesional, desarrollo de infraestructura, fomento de exportaciones, políticas selectivas, fortalecimiento institucional). El fomento a las exportaciones ha mostrado insuficiencia, se requiere de los otros componentes: formación de alta calidad orientada a las áreas de demanda y la innovación y desarrollo para la empresa nacional. El desarrollo de la infraestructura es urgente y deben buscarse diversas formas de solución.

Macro (política cambiaria, política de competencia, fiscal, monetaria y comercial, con contexto político y jurídico estable). Se ha avanzado, la sujeción de la política monetaria a las metas de inflación vs. crecimiento, es tema de discusión. El ámbito fiscal requiere de modificaciones sustanciales. Falta definición de la política cambiaria.

Nivel meta (valores socioculturales, gobernabilidad, capacidad para formular visiones y proyectos estratégicos, cohesión social, todo lo cual define patrones de organización social, económica y política). Pensar a largo plazo y actuar en consonancia, para ello se requieren de acuerdos nacionales multisectores y de partidos, para definir una estrategia de desarrollo de mediano y largo plazo, lo político es nuestro principal lastre.

Sin duda en Costa Rica el gran ausente es un Plan Nacional de Competitividad, elaborado con la participación de los actores relacionados, su compromiso de trabajo y la ejecución de acciones en la búsqueda de la competitividad de largo plazo. Un plan que integre las instituciones, sectores, organizaciones y aspiraciones es el instrumento para que el talento humano, el buen uso de los recursos naturales y el desarrollo empresarial nacional puedan ser los medios para el mejoramiento y bienestar con equidad y sostenibilidad ambiental para el país a largo plazo. Para ello se requiere visión, empeño y liderazgo. ¿Dónde están?