Necesitamos docentes lectores

La autoridad en el aula se gana con el respeto que el profesor genera en sus alumnos

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En su reciente visita a Costa Rica, la profesora sueca Inger Enkvist destacó varios aspectos que, según su experiencia y las investigaciones internacionales, resultan claves para lograr una educación de calidad: el perfil del docente y su trabajo en el salón de clases.

Dice la profesora Enkvist que un buen docente es “una persona inteligente, con conocimientos de todo tipo, que lee mucho para poder entusiasmar a los alumnos sobre la lectura”.

El docente lector, como podríamos denominarlo, se distingue por manejar un amplio vocabulario que comparte con sus estudiantes; muestra un amplio dominio de los conceptos y el pensamiento lógico; es capaz de relacionar ideas con facilidad; tiene un criterio amplio y, sobre todo, mucha imaginación.

Estas cualidades le permiten ser exigente con sus alumnos para que expresen bien sus ideas y formulen preguntas interesantes ante la información que reciben y el complejo mundo que les rodea.

Como consecuencia de lo anterior, la disciplina y la autoridad en el aula se gana no con métodos autoritarios, sino, al contrario, con el respeto que genera en sus alumnos, quienes lo reconocen no solo como una persona que sabe y domina su materia, sino, sobre todo, como alguien que los orienta en el proceso de aprendizaje y les enseña “aprender a aprender”.

Estudios realizados. Estas reflexiones de la profesora Enkvist adquieren particular importancia para nuestro país cuando se relacionan con algunos resultados que el Informe Estado de la Educación ha divulgado sobre los principales factores asociados al rendimiento de los estudiantes y la importancia de los docentes.

Cuando se analizan los bajos resultados que los jóvenes costarricenses obtienen en el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos, conocido como PISA, dos factores destacan como relevantes: a los estudiantes no les gusta leer y tienen problemas importantes para resumir y comprender un texto.

Estas características les impiden salir bien en una prueba que mide habilidades para comprender textos, introducirse en ellos, reflexionar y extraerles sentido. La falta de gusto por la lectura también hace que nuestros estudiantes fallen en la competencia matemática que mide PISA, donde se evalúan capacidades como plantearse preguntas, razonar, argumentar, comunicar y resolver problemas.

Recomendaciones. A partir de esta evidencia, el Estado de la Educación recomienda que para elevar el rendimiento es necesario promover en nuestros estudiantes actitudes positivas hacia la lectura y estrategias eficaces para resumir y comprender un texto.

Aunque esta tarea sin duda comienza en las familias, requiere ser reforzada por los docentes en los centros educativos, por ser ellos no solo el factor más importante según las investigaciones internacionales, sino, también, el elemento sobre el cual la sociedad y el Estado pueden incidir directamente para salvaguardar el derecho de los estudiantes a recibir una educación de calidad.

El análisis de los resultados de PISA 2009 llevados a cabo por el Estado de la Educación también identificó, como factor importante que predice los bajos resultados obtenidos, las dificultades para desarrollar la enseñanza por parte del docente, lo que indica que mejorar su calidad es una necesidad.

Para lograrlo, la clave está en la selección que se haga de quienes quieran estudiar docencia en las universidades y la formación que se les brinde como ocurre en los sistemas educativos de calidad del mundo.

Sobre estos puntos, la experta sueca nos da dos pistas importantes: por un lado, que las universidades hagan pruebas de selección a los aspirantes a estudiar educación que hoy no existen, mediante las cuales se mida sus aptitudes hacia la docencia, pero también su capacidad de expresión y vocabulario.

Posteriormente, durante la formación, las carreras de educación deben garantizar que sus estudiantes manejen una carga de lectura constante y creciente, que los habilite como docentes lectores.

Se trata de soluciones de bajo costo para nuestro país que sin duda contribuirían en mucho a elevar la calidad de nuestro sistema educativo.

Como bien dice la profesora Enkvist: “Si logramos subir el nivel de los docentes, esto nos permitirá elevar el nivel de los estudiantes”.

La autora es Coordinadora de Investigación del Informe Estado de la Educación.