Navidad: vivir de fe

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Tal vez ahora sea verdad aquella afirmación de un filósofo de que “ lo que se vive a fondo no se cita a fondo”. Sin embargo, la mayoría del pueblo costarricense sí conoce el significado de la Navidad, no así el comercio: todos sus anuncios hacen referencia, tan solo, al ofrecimiento de productos con las mejores rebajas del mercado.

Solamente dos medios de comunicación han mencionado la Navidad sin precios rebajados: canal 7 y su preciosa campaña navideña, dirigida a ocho familias pobres. La presidenta de esta televisora festejó a sus empleados con abrazos y tamales, y estos fueron repartidos por ella misma y una nieta. Asimismo, dio gracias a Dios por todos los beneficios recibidos durante el año. También La Nación del 2 de diciembre anuncia en primera página el pesebre o portal del Teatro Nacional, cuya tradición data de 1974. Cierra esta cita san Mateo, en mención a Herodes: “Reuniendo a todos los príncipes de los sacerdotes y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Mesías”. Los cristianos lo sabemos: en Belén de Judá. A esta comarca llegaron los pastores, los ángeles y los Reyes Magos.

Herodes no conocía a Dios, ni le interesaba; lo que le interesaba era servirles a los romanos, y no pudo conocer a Jesús, porque los Magos no se devolvieron por Jerusalén; entonces, enfurecido, mandó a matar a todos los niños menores de dos años de aquella comarca. Nosotros, en cambio, luchamos por conocerlo y vivirlo a fondo, para vivir de fe y conquistar la vida eterna.

La Navidad nos invita a una apertura de alma y a un cambio de vida. Esta venida de Dios a la Tierra nos confirma nuestra filiación divina, pues somos sus hijos.

Volvamos a él y nos será más fácil volver al bien y al amor a la vida y la paz. El misterio de la Navidad “es una luz que guía la vida de los hombres”. No busquemos razonamientos humanos al misterio; aceptémoslo con humildad para vivir de fe. Feliz Navidad para todos.