Este artículo va dirigido, especialmente, a las municipalidades, o sea, a los alcaldes, y al gobierno entrante en mayo del 2022.
Recibo muy a menudo gente extranjera que viene a disfrutar nuestras bellezas naturales, de las cuales estamos tan orgullosos la mayoría de los costarricenses, dentro de estos, algunos de mis hijos que viven en el exterior, mis nietos y nueras.
Me toca acompañarlos en diferentes recorridos, pero hay un defecto horrible para la vista y el olfato del turista: ver y oler a lo largo de todo el camino el montón de bolsas de basura amontonadas en calles, aceras y caños. Unas enteras, otras rotas, con los desechos fuera de ellas, sacados por animales y personas que viven en las calles.
Es un desestímulo para el turismo que tanto necesita el país. Ellos lo perciben y preguntan el porqué de ese montón de bolsas y desechos, entre los cuales se encuentran vidrios, cajas y cartones. Es muy desagradable, contaminante y vergonzoso.
El camión de la basura suele incumplir el horario y, en consecuencia, bajo el sol y la lluvia, el contenido de las bolsas se descompone y despide olores nauseabundos. A los turistas hay que explicarles, con toda la pena del caso, que así se manejan los desechos en nuestro país.
LEA MÁS: ‘Reciclemos’: única respuesta del Ministerio de Salud al agotamiento de rellenos sanitarios
El panorama es lúgubre hasta llegar al mar, el volcán o la montaña. ¿Tenemos que aceptar que somos de Latinoamérica, tercermundistas, y conformarnos con el desorden, o quedarnos con los brazos cruzados mientras algunos funcionarios corruptos hacen negocios ilícitos, como parecen indicar el caso Cochinilla, el cemento chino y la Operación Diamante?
Las municipalidades cuentan con enormes cantidades de recursos para ejecutar planes de limpieza correctos y atractivos.
En Norteamérica y Europa, así como en Panamá, existen contenedores donde los vecinos colocan la basura y evitan con ello un panorama vergonzoso. ¿Por qué Costa Rica no puede hacer lo mismo? Con todo el dinero que se pierde debido a la corrupción, podríamos ser un país más limpio y atraer al turismo del que tanto necesitamos sus divisas.
Hago un vehemente llamado al presidente, Carlos Alvarado, y a quien lo suceda para que en cada comunidad se coloquen contenedores donde podamos depositar las bolsas de basura.
No solo la CCSS, el MEP, la infraestructura, la pobreza y la inseguridad deben ser foco de atención, sino también la contaminación ambiental, que nos tiene sumidos en una vergüenza nacional más.
Aquí lo que falta es honradez y amor por la patria y que los políticos dejen de llegar al poder solo para enriquecerse.
famurher@gmail.com
La autora es profesora de Matemática pensionada.