Modelo actual y tipo de cambio

Debemos hacer los ajustes necesarios antes de que los costos sociales se disparen

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La situación de la economía para el 2017 no está muy clara ante las posibles repercusiones del brexit. Una mayor incertidumbre debilitará la confianza y la inversión en las economías avanzadas de Europa.

Los precios del petróleo se estabilizarán entre $50 y $55 el barril, aunque haya acuerdos de los países que integran la OPEP de reducir la oferta.

Los precios de materias primas no parece que vayan a crecer debido a que no hay una clara reactivación de China.

Para el 2017 se espera una relativa estabilidad en los mercados financieros y la inflación media de nuestros principales socios comerciales se mantendrá entre un 2% y un 3%. Las tasas de interés de referencia posiblemente se mantengan con pequeños ajustes en Europa y Estados Unidos como parte del programa de estímulo financiero de los bancos centrales.

El colón se mantendrá estable con una depreciación entre un 3% y un 4,5% para mantener la paridad con la inflación de Estados Unidos y Europa. El saldo de reservas mundiales del BCCR, que supera los $7.800 millones, equivalentes al 14% del PIB, será un importante “colchón” para mantener una relativa tranquilidad en la variación del tipo de cambio.

La estabilidad se mantendrá siempre que logremos reducir los gastos, aumentar los ingresos y disminuir el endeudamiento. Medidas complejas en un año político.

Cambio de modelo. Costa Rica, desde los años ochenta, concentró sus esfuerzos en mayores y más diversificadas exportaciones a diferentes mercados. Gracias a un cambio de visión, el país venció el riesgo proteccionista y antiexportador para aventurarse a buscar nuevos mercados con base en calidad y productividad.

En los últimos 20 años, el país ha exportado más de $150.000 millones con más de 4.500 productos y 2.800 empresas que exportan a 150 países.

Costa Rica tiene hoy más de 13 tratados comerciales y 48 socios comerciales que incluyen Europa, Estados Unidos, Canadá, Centroamérica, China y otros. Se prevé que las exportaciones de bienes y servicios alcancen $21.000 millones en el 2018 con $12.000 millones en bienes y $9.000 millones en servicios, y una inversión directa que supera los $2.500 millones.

Para darle sostenibilidad a todo este esfuerzo exportador se requiere mano de obra calificada, infraestructura, mayor valor agregado, cadenas de valor, promoción, optimizar acuerdos comerciales, encadenamientos, analizar obstáculos, buscar nuevas oportunidades, mejorar la productividad y establecer reglas certeras.

Costa Rica ha sido exitosa buscando nuevas inversiones, manteniendo un buen clima de negocios, optimizando acuerdos, buscando adherirse a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), identificando nuevos clústeres, aumentando el empleo de calidad y logrando una mayor diversificación geográfica del desarrollo.

En los últimos años, la estrategia de desarrollo se concentró en el campo de los servicios de calidad, con un crecimiento de un 18% anual en los últimos siete años. Para el 2017, lograremos más de $9.000 millones anuales.

Estos servicios se han centrado en tecnología de la información, finanzas, contabilidad, logística, mercadeo y servicios de atención al cliente. Los servicios representan el 10,6 % del PIB, lo que nos exigirá seguir creciendo con más y mejores recursos humanos, universidades e instituciones educativas concentradas en formar profesionales calificados de acuerdo con la demanda.

Nuestro país es un exportador nato de servicios y nuestra balanza comercial de bienes y servicios, si bien es negativa en más de $2.000 millones, se equilibra con la inversión extranjera, donde se distinguen las zonas francas que están orientadas a ciencias de la vida, manufactura calificada, servicios e industria alimentaria, con más de 80.000 puestos de trabajo calificado y bien remunerado.

Es importante destacar que Estados Unidos es y seguirá siendo nuestro socio principal en el comercio bilateral, adonde exportamos más de $4.800 millones, que representan el 40% del total de las ventas al extranjero y con una inversión que supera los $1.400 millones anuales, lo que representa más del 55% en inversión extranjera directa (IED).

Turismo. Costa Rica recibe más de 1,9 millones de turistas por vía aérea. Más del 50% son norteamericanos, el 15% europeos y el 25% de otros países. El sector turismo genera $3.000 millones de ingresos al año con más de 2.400 hoteles y 47.000 habitaciones.

Lo interesante de esta actividad es el empleo que genera y la dispersión geográfica. La mayoría de los hoteles están en Guanacaste, el Caribe, el Pacífico sur, el Pacífico medio, Puntarenas y San Carlos.

El turismo está muy diversificado y hay una gran cantidad de tipos de empresas, como agencias de viajes, alquileres de autos, transporte, líneas aéreas, cruceros, etc.

Sostenibilidad, recursos humanos, bandera ecológica, marca país, ferias, actividades nacionales, centro de exposiciones y reglas claras son elementos claves para seguir creciendo en esta importante industria. No obstante, hay factores críticos, como los altos costos de intermediación financiera, la calidad, los costos de los servicios públicos, la falta de infraestructura y un tipo de cambio que requiere ajustes para lograr nuevos impulsos.

Tipo de cambio. Somos el segundo país más caro para vivir en Latinoamérica y muchos países europeos. Costa Rica tiene uno de los salarios mínimos más altos de toda la región y esta realidad afecta al sector exportador agrícola, industrial, turístico y de servicios.

No cabe duda de que es importante preservar el poder adquisitivo del colón, dar estabilidad, fomentar el ahorro y la inversión y crear confianza.

Pero preocupan los graves problemas macroeconómicos que tenemos que superar en el aspecto fiscal, los disparadores del gasto, los altos precios de muchos servicios públicos y la falta de infraestructura. Hace bien el BCCR en controlar la inflación, pero también debe propiciar el crecimiento del empleo reduciendo los costos financieros.

Resulta complejo que nuestra inflación sea negativa y nuestros principales socios comerciales la tengan positiva, de un 2% a un 3% anual. El tipo de cambio debe ser relativamente flexible para absorber los movimientos bruscos de la demanda. Un tipo de cambio flexible logra que las tasas de interés a corto plazo funcionen.

Lo grave que está sucediendo es que la gente se está endeudando en dólares por las facilidades, costos, plazos y la estabilidad percibida. Nadie está midiendo los riesgos de una deuda pública creciente, un futuro aumento en la tasa de interés en la Reserva Federal (Fed), una nueva advertencia de las calificadoras de crédito y un desequilibrio en nuestras cuentas por el alto déficit fiscal que tarde o temprano afectará la estabilidad macroeconómica.

No cabe duda de que en una economía abierta y pequeña, un tipo de cambio estable es importante para el ahorro y el crédito. Lo que nadie parece visualizar es qué va a suceder si no logran equilibrarse los gastos y los ingresos fiscales.

Costa Rica ha pasado de una paridad basada en bandas cambiarias a una flotación administrativa. Aquí lo relevante es la transparencia, la flexibilidad y buscar la gradualidad.

Todo lo que hace el Banco Central es correcto mientras la cuenta de petróleo siga generando ahorros que superan los $800 millones anuales y las tasas fijadas por la Fed no aumenten o que la deuda pública se vuelva inmanejable en el flujo de caja.

Nuestra competitividad depende de muchas variables, pero no podemos olvidar que tanto los bienes como los servicios deben competir en un mercado internacional muy sofisticado donde muchos actores han ajustado sus monedas para lograr balances.

Más infraestructura, más educación, mayor estabilidad fiscal y una reducción del gasto público son claves para lograr esa estabilidad tan importante en nuestra moneda. Hemos sido muy exitosos en el cambio de modelo, pero requerimos medidas drásticas ante la grave situación fiscal y de gasto público.

Los cuatro grandes sectores del desarrollo actual –industria, agricultura, turismo y servicios– requieren tener recursos humanos, un sistema financiero más eficiente, seguridad para los pequeños ahorrantes, reducción de las tasas de interés en colones a un dígito, seguir reduciendo la tasa básica pasiva, buscar mayor eficiencia en los bancos, mayores medios digitales y un tipo de cambio estable pero competitivo.

Tenemos que hacer crecer la economía en todos los sectores o de otra forma los problemas sociales se agravarán.

El autor es ingeniero.