Mitos y realidades de la felicidad tica

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Mito: somos el país más feliz del mundo. ¿Quién dice? El ranquin de Happy Planet Index, que nos pone en el primer lugar, solo mide tres cosas: expectativa de vida, protección del territorio y una encuesta. Sí, en efecto: aquí se viven muchos años, hay mucho bosque verde y todo mundo dice estar pura vida. No toma en cuenta aspectos como seguridad, libertad, riqueza, oportunidad, entre otras variables que influyen en la gente.

Por eso, en el top 5 de esa lista están Colombia, Belice y el Salvador, pero mandan al fondo de la tabla a Emiratos Árabes. Según ellos, como no tienen bosque, estos millonarios petroleros son los más infelices del mundo.

Realidad:la felicidad es un asunto subjetivo personal, no podría medirse sumando variables. Lo que sí puede medirse cuantitativamente son los factores que hacen a un país "próspero" y eso mide el Legatum Institute de Londres en su Prosperity Index ( Índice de Prosperidad ) , que consta de 89 variables para 8 áreas: salud, educación, economía, seguridad, libertad personal, gobernanza, oportunidad/emprendimiento, y capital social.

‘Top’ 31. Este ranquin sí tiene lógica. El top 5 lo componen Noruega, Suiza, Canadá, Nueva Zelanda y Dinamarca; los 5 del fondo de la tabla son Chad, República Centroafricana, Congo, Afganistán y Burundi. En ese estudio -la felicidad como un tema serio- Costa Rica se posiciona en el puesto 31 de 140 países, que tampoco está mal.

Según esta perspectiva, somos fuertes en capital social (90% de los ticos sienten que pueden confiar en otras ppersonas en tiempos difíciles), pero somos débiles en transparencia (75% cree que la corrupción ha invadido el Gobierno).

Es un excelente ejercicio revisar en www.prosperity.com (con una objetiva vistas desde afuera) qué factores hacen que un país sea más próspero que otro, qué fortalezas tenemos, qué oportunidades para mejorar son obvias. Para manejar bien un carro, se necesita un buen tablero de instrumentos. El índice de prosperidad parece un diagnóstico objetivo muy completo si aspiramos, en efecto, a estar algún día en el top 10 de los países más prósperos del mundo.