Más atención al sida

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Un aumento sostenido de las nuevas infecciones entre el 2002 y el 2013, entre 60 y 80 nuevos diagnósticos cada mes, acompañados de una cantidad inexacta de casos aún desconocidos. Estos datos reflejan que el VIH sigue siendo una epidemia con una representativa presencia en la salud pública mundial, latinoamericana y costarricense. Si bien su presencia mediática ha fluctuado, debido a intereses políticos, comerciales y populares, las vidas de las personas continúan interpeladas por las repercusiones de esta infección.

Desde los primeros casos reportados y el inicio de las intervenciones en nuestro país, se ha transcurrido a través de un proceso de aprendizaje, tanto para la población en general como para quienes trabajamos directamente en el tema. Han existido desaciertos, errores estratégicos, incluso mala administración. No obstante, las acciones positivas han generado la motivación suficiente para persistir en estas labores después de tanto tiempo.

A la espera de cambios. Actualmente, el país se enfrenta a un panorama particular: una nueva administración política, la oportunidad de contar con un nuevo financiamiento por parte del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, y, además de esto, con un nuevo enfoque de trabajo.

“Sostenibilidad” es la palabra clave dentro de la planificación estratégica proyectada para la administración de los recursos otorgados por el Fondo Mundial, además de trabajar contemplando el potencial cese de apoyo desde instancias internacionales; desarrollar estrategias que generen cambios estructurales y no se limiten a brindar asistencia; crear programas institucionales que puedan dar seguimiento a los proyectos, una vez que cumplan su tiempo.

Las labores de incidencia política se han posicionado como uno de los principales componentes, muchas veces implícito, dentro de las acciones que se han debido emprender desde la Respuesta Nacional al VIH. El protagonismo de los temas dentro de la agenda pública debería guardar una relación directa con su impacto epidemiológico y con las repercusiones en la vida de las personas, pero la realidad difiere. Históricamente, la disposición política ha fluctuado de acuerdo a intereses y posiciones personales a lo interno de los directorios.

Actualmente, la red de organizaciones de la sociedad civil que tomamos parte en la Respuesta Nacional al VIH, nos encontramos a la espera de encontrar un apoyo sostenido y concreto de parte del Gobierno. Luego de muchos años de desatención, hemos logrado desarrollar un diálogo cercano respecto a las acciones a emprender en el marco del 1 de diciembre, Día Mundial de Respuesta al VIH y sida, lo cual genera motivación y expectativa.

La trayectoria en el campo y la memoria histórica nos han mostrado una realidad innegable, la cual debe ser retomada con mayor fuerza en estas fechas: para generar cambios representativos, estructurales, sostenidos en el tiempo, es necesaria la participación de todos los sectores involucrados. Gobierno, sociedad civil, empresas privadas, organismos internacionales, población en general, cada cual tiene su responsabilidad para aportar una cuota de esfuerzo y hacer que la erradicación de la epidemia se convierta en una realidad.