‘Los árboles mueren de pie’

La de Casona es una obra para ver en familia, para analizar y recoger las enseñanzas

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Durante estas extrañamente frías noches de marzo, el ambiente se calienta con la presentación de una obra de teatro que tiene todos los elementos para ser un gran éxito de taquilla y de crítica: Los árboles mueren de pie, de Alejandro Casona.

Se trata de una obra que ha tenido tanto éxito en todos los lugares que se ha presentado, que muchos la han criticado y la han llamado mediocre, popular, casi una telenovela. Esto lo han hecho los que creen que una obra, para ser buena, tiene que ser difícil de entender, debe ser cerrada y de la cual solo pueden disfrutar unos pocos que pueden descifrarla. Pero en todas las manifestaciones artísticas la simplicidad no es un defecto y más bien es una cualidad. Para poner un solo ejemplo, las películas de Chaplin las disfrutaban los científicos eminentes como Einstein y también lo hace un niño de pocos años. Es un arte universal y por eso perdurara siempre.

Presentaciones exitosas. Casona ganó varios premios literarios en España entre ellos el Lope de Vega. Al iniciarse la dictadura de Franco marchó al exilio primero a México, luego a Argentina, donde estrenó Los árboles mueren de pie con gran éxito, que se repitió en todos los países que se ha presentado.

En Costa Rica se ha dado en varios colegios y profesionalmente en varias ocasiones. Hace ocho años se presentó en el Auditorio Nacional con Eugenia Chaverri y Leonardo Perucci en los papeles protagónicos. Perucci, como nos tiene acostumbrados, tuvo una magnífica actuación y además dirigió la obra.

La puesta actual en el teatro Alberto Cañas (¡Qué bien que se haya recordado a Beto por todo lo que hizo por el teatro nacional bautizando con su nombre el Teatro de la Aduana) está dirigido por Manuel Ruiz y cuenta con un elenco, en general, de muy buena calidad.

Sobresale, tal vez por tener físicamente todas las características que uno espera encontrar en un abuelo, el actor Alonso Venegas.

Cualidad. En esta obra, Casona exalta la bondad como valor humano. La bondad es el valor más importante del ser humano y unida a la bondad está el amor, las relaciones familiares, el respeto a los mayores, el alejarse de los vicios y de la maldad. Se pueden producir problemas, hay dolores y sufrimientos, pero siempre existe la esperanza y, sobre todo, el amor que todo lo sana y hace revivir las esperanzas.

Esta es una obra para ver en familia, para analizar y recoger las enseñanzas y aplicarlas en nuestra vida para que nuestras convicciones no cambien nunca y se mantengan siempre de pie como los árboles.

El autor es periodista.