Las organizaciones multigeneracionales

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Algunas investigaciones han logrado identificar la personalidad y la conducta de los individuos de acuerdo con la época en que nacieron. Con ello, se ha reconocido una interesante proyección de su comportamiento según hayan sido influenciados por acontecimientos mundiales de cada época, particularmente los relacionados con los avances y el desarrollo de la tecnología.

Esos acontecimientos ayudaron a la formación del carácter individual y colectivo en relación con su forma de actuar y pensar, sus creencias y sentimientos, sus valores, su escala de prioridades respecto a los asuntos importantes en la vida como el trabajo, la familia, la religión, el estudio, los amigos, el dinero y las posesiones, entre otros.

Los mismos investigadores no precisan con exactitud el inicio y final exacto de cada una de estas generaciones, máxime porque el fenómeno social se empieza a observar cuando los individuos que las conforman alcanzan la adolescencia y están próximos a convertirse en parte de la PEA (Población Económicamente Activa). Por ejemplo, la generación que actualmente se encuentra en esta etapa se denomina la Generación Z y se considera que es aquella nacida entre finales de los años noventas y principios del nuevo milenio, hasta la actualidad. Es decir, que quienes iniciaron esta generación ya alcanzan edades entre los 15 y 17 años, y se caracterizan por haber nacido en la era de las TI (Tecnologías de la Información). Son jóvenes muy dependientes de la tecnología, pero también tienen una mayor capacidad de aprovechar los medios digitales, en relación con las generaciones anteriores.

No obstante, se puede decir que los representantes de la Generación Z carecen de habilidades interpersonales, son muy individualistas y sobreviven mejor en una sociedad virtual que en una real. Lo más interesante de esta generación es que será la fuerza de trabajo que reemplazará al remanente que aún existe de la generación de los Baby Boomer (1940-60) que están próximos a extinguirse como trabajadores en las actuales organizaciones y, posteriormente, irán reemplazando también a la Generación X (1960-80) a quienes aún les restan algunas décadas más de productividad.

Diferentes características. Según las investigaciones, la generación de los Baby Bommers, nacida luego de la segunda Guerra Mundial, posee un importante poder económico, en algunos países como Inglaterra y Estados Unidos, incluso se ha planteado que la desaceleración económica del 2007-2009 se debió a que la mayor parte de la fuerza laboral de esa generación se jubiló en esos años. Las contribuciones más importantes atribuibles a esta generación son la expansión de la libertad individual, el movimiento por los derechos civiles, la causa feminista de los años setentas, los derechos de las personas homosexuales, de las personas con discapacidad y el derecho a la intimidad. Hoy en día, los Baby Bummers conforman la mayor élite política, cultural, industrial, académica, y la clase líder en algunas sociedades del mundo.

Las generaciones X (1960-80) y Y (1980-2000) también son caracterizadas de acuerdo con los acontecimientos trascendentales suscitados en las respectivas épocas. La Generación X , por ejemplo, es la primera que estudió utilizando herramientas informáticas, pero sin dejar de utilizar los textos impresos; en consecuencia, desarrollaron también habilidades investigativas que los hace incrédulos de todo lo que encuentran en la red, son desconfiados y, aunque utilizan la tecnología, prefieren los amigos reales más que los virtuales. Por su parte, la Generación Y, también llamada la Generación del Milenio, aunque son hijos de la Generación X se consideran distintos a esta. Construyen fuertes redes sociales, buscan el conocimiento en Internet más que en los docentes o en sus padres, manejan muy bien el presente, no les interesa mucho el pasado y se despreocupan por el futuro, prefieren la estabilidad en la empleabilidad más que la estabilidad en el empleo, dan mucha importancia a la emotividad y detestan la insensibilidad de las nuevas organizaciones.

Al igual que los productos tecnológicos, pareciera que el ser humano de última generación viene con componentes (conocimientos, habilidades, destrezas) mejorados y más avanzados que las generaciones anteriores. Por ello, el reto de las organizaciones consiste en adaptarse a estas nuevas generaciones de capital humano pero, además, ajustar este recurso a su estructura y procesos de trabajo, así como a su cultura organizacional.

Si bien es cierto que las nuevas generaciones traen consigo una serie de beneficios por su fácil adaptabilidad a los avances tecnológicos, también es importante reconocer que poseen algunas carencias de las que las organizaciones, como agentes de cambio social, deben preocuparse. Por ejemplo, el reconocimiento y respeto de las autoridades, la importancia de las relaciones personales, el beneficio de la actividad física, el descanso y la sana alimentación tanto como el cultivo de valores como la solidaridad, la tolerancia y la integridad. Y esto solo para empezar.

Hernán A. Rojas Angulo, director de Recursos Humanos de la Defensoría de los Habitantes.