Las guerras de Trump en Oriente Próximo

Nunca antes Israel había tenido un tan ferviente soldado, como lo es Trump, a la vieja usanza de la doctrina Carter y Reagan.

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No conozco de una sola administración estadounidense, desde 1776, que no haya afectado de cerca o de lejos a algún país en el mundo. Es su triste destino manifiesto, su misión o providencia “divina”. ¡Qué mejor libro de historia rebelde como el de Howard Zinn (The People’s of the United States) de cómo la existencia y estilo de vida de la sociedad estadounidense depende de las guerras en el exterior!

Conservadurismo a la Trump. Ya no es solo político, sino religioso, y no hay mayor diferencia entre demócratas y republicanos. Esa nefasta visión civilizacional donde los valores, creencias e intereses económicos propios deben imperar al costo de guerra. Esta es hoy la fuerza avasalladora de Trump, quien no ha dejado de arremeter contra todos cual imperio que busca romper los esfuerzos de un mundo multipolar. De algo valieron los atentados del 11-S: para imponer “nuevas guerras” como bien lo apuntaba Mary Kaldor.

Trump empieza arremetiendo contra los palestinos al declarar a Jerusalén capital de Israel, dando la estocada final a la paz y evitando que los palestinos tengan en Jerusalén oriental su capital, atizando de antemano con la guerra y condicionando su cooperación a los palestinos. Estados Unidos no tiene la autoridad para ser garante neutral de un proceso de paz entre israelíes y palestinos y porque Netanyahu tampoco negocia si no se hace en sus propios términos.

Solo Washington y uno que otro país vivillo por ahí reconoce a Jerusalén como capital de Israel y se han colado en ese equívoco histórico y hecho cómplices de las masacres de palestinos. Ojalá Costa Rica no se equivoque de nuevo.

No hay duda: la Casa Blanca es un territorio ocupado y nunca antes Israel había tenido un tan ferviente soldado, como lo es Trump, a la vieja usanza de la doctrina Carter y Reagan. Lo que se está gestando es, a través de una línea conductual de conflictos menores, un escenario de prueba para una escalada bélica mayor contra Irán.

Guerras subsidiarias. Una tercera guerra del golfo podría cernirse sobre Irán; es el mismo esquema que derivó en la invasión de EE. UU. a Irak en el 2003. Se trata de eliminar del camino a aquellos “enemigos” del Estado hebreo dejando a los países en un caos total.

Trump califica a Irán como un promotor de terrorismo en la región, el eterno discurso de administraciones anteriores. Recordemos la crisis diplomática desatada por Arabia Saudita contra Catar (ambos aliados de Washington), cuando la acusó de promover el terrorismo. En realidad, eran los sauditas “lavándose la cara” de las acusaciones internacionales por promover el terrorismo wahabí desde Oriente Próximo hasta el Cáucaso.

La definición de terrorismo hoy es conveniencia. La embajadora de Israel en Bélgica dijo: “Todos los palestinos muertos, incluidos los niños en Gaza, eran terroristas”. ¿Cómo se le llama a la confiscación territorial? Israel ocupa militarmente Cisjordania hace decenios. No se trata de seguridad como aducen, se llama apartheid y de encerrar a los palestinos en medio de colonias judías para desarticular su unidad nacional.

Hasta los más ardientes defensores de Israel saben que es ilegal, lo reconozcan de manera abierta o no. Las protestas de comunidades judías en el mundo no se han hecho esperar contra el traslado de la embajada de EE. UU. El rechazo mundial es creciente principalmente en Europa que demanda el cese de la ocupación. No se espera que Israel como potencia beligerante ceda, por eso no es firmante de nada que la someta.

El agrio discurso de conveniencia: todo aquel que hable en contra de Israel es antisemita. Solo ellos tienen razón y el universo está equivocado.

La convicción de Israel y EE. UU. sobre Oriente Próximo es de descarte, países debilitados por las constantes desagregaciones étnicas y confesionales internas; en una palabra: incapaces de afrontar la potencia conjunta israelí-estadounidense. Irán, el único país que puede levantar la voz, está inmerso en un conflicto geopolítico, económico y confesional con Arabia Saudita, que podría desembocar en una tercera guerra del golfo, en donde los sauditas tendrían como aliados a Israel y EE. UU.

¿Quiénes serían los aliados de Irán, acaso China o Rusia? Siria no, debido a que enfrenta su propia guerra, pero sí habría una feroz batalla de guerrillas (guerras subsidiarias) que la guerra convencional no podría combatir: Hermanos Musulmanes, Hamás, Hizbulá, Milicias Al Quds, Milicias Hash al Shabi y las que surjan durante la guerra misma. Esta es la política brutal que Trump está practicando en Oriente Próximo. Israel ya tiene a las potencias petroleras del golfo de su lado, aunado a su soldado civilizacional y nihilista en la Casa Blanca ocupada.

Un aniversario más de la fundación del Estado hebreo que coincidió con el aniversario del Nakba palestino y el Ramadán. Pero el traslado de la embajada fue un acto malévolo del soldado de la Casa Blanca y su jefe Netanyahu, quienes buscan una nueva guerra a gran escala en Oriente Próximo. También las democracias crean sus propios monstruos.

El autor es profesor en Erbil, Kurdistán, Irak.