La verdad sobre los índices de desempleo de China

A pesar de la desaceleración del PGB, el crecimiento del empleo en China se ha acelerado

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

SHANGHÁI – Desde el 2002, la economía china ha experimentado cambios significativos, entre ellos el paso de la aceleración a la desaceleración del crecimiento del PGB (producto geográfico bruto). Sin embargo, la tasa de des empleo urbano, emitida conjuntamente por la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Trabajo de Seguridad Social, se ha mantenido notablemente estable, entre un 4 y un 4,1%. Por decir lo menos, resulta una cifra sorprendente que ha llevado a muchos a preguntarse si la NBS podría estar falseando las estadísticas.

La NBS no miente; simplemente carece de datos. El índice de desempleo refleja la cantidad de miembros de la población urbana registrada que han informado al gobierno que reciben beneficios de desempleo. Sin embargo, a diferencia de los países desarrollados, la fragmentaria cobertura del seguro de desempleo en China, así como lo poco desarrollados que están los programas de desempleo, desincentivan la búsqueda de ayuda por parte de las personas y distorsionan bastante las cifras de la NBS.

El gobierno chino ha adoptado medidas para remediarlo llevando a cabo estudios sobre el desempleo urbano. Sin embargo, estas estadísticas todavía están pendientes de publicación a pesar de que llevan una década.

En lugar de quedar satisfechos por las cifras oficiales, algunos economistas han tomado el asunto por su cuenta, usando datos de la encuesta de hogares urbanos (UHS, por sus siglas en inglés) para estimar la tasa real de desempleo. Por ejemplo, a partir de los datos de la UHS para seis provincias, Jun Han y Junsen Zhang llegaron a la conclusión de que en el 2005 y el 2006 el desempleo chino se mantuvo cerca de un 10%. Utilizando datos de toda China, Feng Shuaizhang, Hu Yingyao y Robert Moffitt calcularon una tasa de desempleo urbana promedio del 10,9% entre el 2002 y el 2009, la mayor estimación hasta el momento.

Pero son solamente estimaciones. Puesto que los datos de la UHS no son públicos, diferentes personas obtienen resultados para años y provincias distintas a partir de las fuentes de las que dispongan, lo que causa bastante frustración en los investigadores y estimaciones con rangos tan amplios que acaban por ser estadísticamente insignificantes.

En nuestra propia investigación en la Universidad Fudan de Shanghái, Liheng Xu y Huihui Zhang, mis dos estudiantes de doctorado y yo, logramos acceder a fuentes razonablemente amplias de estadísticas oficiales: los datos del 2005-2012 de cuatro provincias, los del 2005-2009 de tres provincias y los datos mensuales de entre el 2010 y el 2012 para cuatro de estas siete provincias. Si bien la muestra es técnicamente pequeña, las provincias para las que adquirimos datos representan las regiones costera, interior y noreste.

Con los ajustes y el procesamiento correctos, pudimos inferir las tasas de desempleo en diferentes tipos de provincias y municipios, estimando así la tasa de desempleo nacional real.

Encontramos que, si bien la tasa de desempleo urbano de China se podría considerar como bastante alta en el 2005 (un 10,7%), lo más probable es que haya descendido a lo largo de la década pasada, llegando a un 7% en el 2012, con lo que el promedio anual para el periodo 2005-2012 alcanzará un 8,5%.

Esta y otras conclusiones se correlacionan con un análisis interseccional de los datos oficiales, lo que significa que, sujetos a un análisis de este tipo, los datos de desempleo registrados podrían funcionar como indicadores indirectos de la tasa de desempleo real).

Más aún, si bien el rápido crecimiento del PGB contribuyó al descenso del desempleo en el 2007, el cual siguió bajando incluso después de que la crisis financiera global del 2008 comenzara a debilitar el rendimiento económico.

La mayoría de los economistas supondrían que el descenso del desempleo cuando el PGB está a la baja se relaciona con una menor participación en la fuerza de trabajo. Sin embargo, nuestros cálculos, que se basan en datos de la UHS, indican que en realidad la fuerza de trabajo china creció ligeramente después del 2008, a medida que disminuía la proporción de trabajadores que salían del mercado laboral. En otras palabras, a pesar de la desaceleración del PGB, el crecimiento del empleo en China se ha acelerado en los últimos años.

En parte, esto se puede explicar por el cambio estructural que actualmente se está produciendo en la economía china, desde un modelo de crecimiento basado en la manufactura a otro basado en el sector servicios, en el que se potencia más a los innovadores privados. De hecho, y como muestran los datos de la UHS, este cambio llevó a la creación continua de empleo en el sector servicios entre el 2005 y el 2012.

Lo que no ha ocurrido es una destrucción importante de empleos en el sector estatal y las industrias manufactureras, especialmente desde el 2009. Como sugieren los datos de la UHS, el promedio de tiempo que demora un trabajador desempleado en encontrar un nuevo empleo en los sectores de servicios y no estatal es menor que en el caso de los sectores manufacturero y estatal. Si estos comienzan a despedir más trabajadores, sin duda aumentarán los índices de desempleo urbano.

La razón de que esto no haya ocurrido todavía es que, hasta cierta medida, el gobierno ha apuntalado a estos sectores desde la crisis financiera global, implementando paquetes de estímulo masivos para la inversión en desarrollo de infraestructuras y bienes raíces. Esto ha servido de apoyo al crecimiento sostenido del sector secundario (especialmente la manufactura y la construcción), que ha ido absorbiendo grandes cantidades de trabajadores con poca formación.

De hecho, tras un examen más cercano de los datos de la UHS, vemos que los trabajadores menos capacitados representaron una parte importante del descenso del desempleo general.

Este auge de la infraestructura y la construcción, estimulados por estas medidas, también llevó a la expansión de la industria pesada (empresas estatales del acero, cemento, productos químicos, vidrio y otros), haciendo que el aumento de empleo se acelerara del 2005 en adelante. Los datos de la NBS muestran que el índice de crecimiento del empleo en el sector estatal era negativo antes del 2009, volviéndose positivo desde entonces.

El hecho de que la tasa de desempleo caiga al tiempo que el crecimiento del PGB se hace más lento es señal de que la productividad laboral de China está empeorando, tendencia que probablemente disminuya el potencial de crecimiento a largo plazo. Puesto que es obvio que los efectos de las medidas de estímulo no pueden durar, pronto los sectores que las recibieron comenzarán a despedir trabajadores, haciendo que se eleve la tasa de desempleo.

Solamente una mayor intervención estatal podría evitarlo, pero significaría retrasar las reformas estructurales necesarias para dar continuidad al crecimiento de la productividad. Así, los gobernantes chinos se ven enfrentados a un difícil dilema: mayor desempleo a corto plazo o menor crecimiento a largo plazo.

Zhang Jun es profesor de Economía y director del Centro China de Estudios Económicos de la Universidad de Fudan. © Project Syndicate 1995–2016