La resiliencia del agua

El agua tiene capacidad de adaptación para enfrentar el estrés a mediano y largo plazo

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Las palmeras son un ejemplo de resiliencia, ya que generalmente se doblan cuando las azotan las tormentas y luego se vuelven a erguir. La resiliencia del agua es su capacidad para enfrentar el estrés a mediano y largo plazo.

En las décadas de los sesenta y setenta, la resiliencia se introdujo como un término dentro de la ciencia ecológica. Sin embargo, a partir del 2000 se amplió para incluir sistemas socioecológicos.

En la actual crisis climática, el agua es fundamental como parte de la solución. Sin embargo, para lograr esto, es necesario mejorar las prácticas de gestión de los recursos hídricos, involucrar a las comunidades, los países y las autoridades de las cuencas para tomar decisiones correctas y aumentar la recuperación climática, mejorar la salud de los ecosistemas y reducir el peligro de los desastres relacionados con el agua.

Por otro lado, el agua es esencial para la resiliencia de las empresas en el contexto de la crisis climática, ya que produce cambios y profundas incertidumbres que exacerban la ya profunda problemática de las aguas en el orbe.

El cambio climático es el gran reto de las actuales y futuras generaciones, y su impacto en el ciclo del agua está totalmente fuera de toda duda. A medida que aumenta la población, disminuye el acceso al agua, un recurso esencial.

Además, la capacidad de adaptación del agua está vinculada a la salud pública y la seguridad alimentaria. En este aspecto, una de las máximas resiliencias de la seguridad alimentaria es la prevención y la minimización de los riesgos.

Un ejemplo estratégico sería reusar el agua para transformar los efluentes domésticos en el riego agrícola y para promover la seguridad alimentaria; lógicamente, en la industria se pueden tratar y reutilizar muchos tipos de efluentes de diferentes procesos.

En nuestro país, el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), como parte de sus funciones rectoras, debe aprovechar los programas ambientales Bandera Azul Ecológica y Sello de Calidad Sanitaria para fomentar la administración y ahorro del agua. Por ejemplo, fortaleciendo las categorías agropecuaria, construcción y hogares sostenibles y cambio climático, además de impulsar los mecanismos de ahorro de agua.

También deben redoblarse los esfuerzos con miras a la protección y reforestación de las fuentes de agua, cumpliendo así con la preservación de la cantidad y calidad del recurso hídrico.

dmora@aya.go.cr

El autor es microbiólogo y salubrista público, director del Laboratorio Nacional de Aguas del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).