La radio, más vigente que nunca

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El pasado 6 de enero, el periodista Álvaro Campos Solís escribió en la sección de Foro de La Nación una nota titulada “El gastado poder de la radio”. Por razones de justicia y equidad con la realidad de la industria radiofónica, debo referirme a estas infundadas y subjetivas apreciaciones de don Álvaro.

Para separarnos de apreciaciones individuales, veamos los datos objetivos disponibles en el estudio general de medios, conocido como EGM, de IPSOS Hispania, empresa que mide el consumo de los medios de comunicación en Costa Rica, desde hace muchos años.

Durante el último año, la población objeto del estudio fue de 2.508.625 personas de zonas urbanas de Costa Rica, con edades entre los 13 y 64 años. De este universo reportado por el EGM, 1.582.076 personas escuchan radio diariamente con un tiempo promedio de escucha de 4 horas 43 minutos y, por otra parte, 1.553.249 personas leen algún diario nacional, con un tiempo promedio para su lectura de 43 minutos.

La radio alcanza diariamente a un 63% de esta población; mientras, la prensa escrita, el 61,9%. Tras estos datos consideramos que es infundada la apreciación de que la radio no tiene poder de convocatoria e influencia. También señala el señor Campos que “Parece que, entre las ocho de la mañana y las ocho de la noche, la gente entra en una vorágine que los obliga a apartarse del dial”. Nuevamente se equivoca el periodista pues, de ese 1.582.076 personas estudiadas, el 92.36% escucha radio en ese mismo período.

Indica el señor Campos que: “Por las mañanas, mucha gente con poder adquisitivo, algunos con poder de decisión en los campos político y económico, destinan parte de su tiempo a la lectura de periódicos”. No cuestiono lo anterior, pero esta atención no es exclusiva para la prensa escrita. La radio alcanza de forma importante a empresarios y altos ejecutivos con poder adquisitivo. Según el citado estudio, las personas de clase media alta y alta que trabajan, dedican a escuchar radio el mismo promedio general arriba apuntado (4 horas 43 minutos) y a la lectura de diarios 52 minutos.

Finalmente, señala don Álvaro, aludiendo a la supuesta pobre audiencia en programas de opinión y noticias en radio: “…si se toma en cuenta que algunas emisoras de radio invitan a los políticos que aspiran a la presidencia de la República o a una diputación para que expongan sus ideas. Me pregunto si las ideas de esos políticos no se quedarán encerradas en las cuatro paredes de la emisora. ¿Estarán hablando solos y no se dan cuenta? Debe ser frustrante…para un político o un empresario, darse cuenta de que todo su esfuerzo por exponer ideas, proyectos y aspiraciones es una especia de monólogo y que su audiencia la componen, finalmente, su familia y sus amigos, un puñado de desconocidos, además del entrevistador”. Otra vez, esto es una enorme equivocación.

Para referencia: una emisora como Radio Monumental, a la que asisten esos políticos o empresario, es escuchada todos los meses por un promedio de 172.392 personas en FM y por más de 100.000 en la plataforma de Internet (recuérdese que el EGM trabaja solo el grupo de 13 años a 64 de zonas urbanas) y tratándose de programas con esos aspirantes a cargos de elección popular no han sido pocas las veces en que, en estos meses, esta emisora ha sido trending topic en redes sociales, por los contenidos de sus programas. En otras numerosas ocasiones, otros medios de prensa tradicionales han tenido que basar notas informativas en declaraciones emitidas por los políticos a estos programas; lo mismo ha sucedido con agencias internacionales de noticias, lo que deja en claro, con tres ejemplos, lo infundado de la apreciación personal del comunicador.

Más allá de estas consideraciones objetivas que esclarecen la influencia, poder y vigencia de la radio, veamos por qué hoy esta industria está más vigente que nunca.

La radio no puede ser comprendida o definida únicamente por su plataforma de comunicación, como me parece pretende hacerlo don Álvaro. La radio es la producción y difusión del sonido por cualquier plataforma, sea onda corta, AM, FM, satelital, por Internet o cualquier otra disponible en el futuro. Para nadie es un secreto que las tecnologías emergentes de final del siglo pasado transformaron los hábitos de consumo de los medios tradicionales de comunicación, pero históricamente la radio siempre ha sabido adaptarse a esos nuevos hábitos de consumo y evolucionar, como lo hace ahora, a un nuevo “ecosistema” altamente atomizado y lleno de medios emergentes.

Con las nuevas tecnologías, la radio lejos de debilitarse se ha fortalecido y para dejarlo en un plano objetivo hago una invitación a analizar el estudio de Edison Research-Arbitron para el mercado norteamericano: “The Infinite Dial 2013”.

En este nuevo “ecosistema” la radio rompe sus barreras geográficas y se vuelve omnipresente. Hoy las emisoras de Central de Radios son escuchadas desde más de 180 países gracias a la plataforma de Internet y la interacción con la audiencia se ha vuelto más robusta, afín y personal, a través de las redes sociales, que se suman para lograr el contacto que antes se hacía por carta o telegrama, y luego por teléfono y SMS.

Hoy la radio está disponible en nuevas plataformas físicas que antes no existían, como son los dispositivos móviles (celulares y tabletas), así como en PC, televisores inteligentes, televisión digital, radio satelital y hasta en dispositivos de videojuegos y accesorios personales. Es decir, a la radio le es posible alcanzar a sus diferentes audiencias por muchas más plataformas y a partir del empoderamiento de los oyentes para seleccionarlas. La radio en este nuevo “ecosistema” está disponible por primera vez para ser consumida en el lugar y momento en que el oyente quiera y ello lo vemos por el creciente consumo de nuestros podcast .

La audiencia, bajo la plataforma tradicional de nuestras emisoras de radio no ha decrecido, se mantiene y aumenta tanto en nuestras radios para jóvenes como para adultos y, paralelo a ello, se ha incrementado el consumo de estas radios plataforma través de Internet. Para ilustrar, algunas de nuestras radios ya alcanzan la mitad de la audiencia que tienen en el FM.

Los jóvenes, esos testigos de excepción que llama don Álvaro, claro que utilizan “modernos y sofisticados equipos de comunicación para ver y escuchar a sus ídolos” como él indica, pero no lo hacen en detrimento de la escucha de radio, simplemente han cambiado su plataforma para escucharla. La aparición del LP, el casete y el CD no vino a desplazar a la radio, como tampoco hoy lo hace el iPod, Youtube o los servicios de suscripción musical como Pandora o Spotify que sí sustituyen a los anteriores y no a la radio.

La radio satisface la necesidad de contacto humano, de compañía, de socialización y ello hoy día sigue vigente. La radio mantiene su poder de convocatoria o ¿no se puede definir como poder de convocatoria los quinientos mil oyentes de EXA FM, o las llamadas y respuestas inmediatas que dan ministros, políticos, funcionarios judiciales, empresarios a programas de Radio Monumental como Pelando el Ojo , Nuestra voz o Noticias ?