‘La Nación’ ignora la esencia del ser costarricense

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A partir de un acuerdo bipartito de agenda conjunta, hecho público de manera transparente hace más de tres meses, La Nación arremete este sábado contra la política de diálogo y consenso con que la administración superior del ICE busca consolidar su estrategia de eficiencia operativa, tendiente a fortalecer competitiva y financieramente a la institución.

El artículo (“ICE entrega a sindicatos poder para incidir en entidad”) reafirma esa posición antidemocrática de La Nación opuesta a la concertación, con un título engañoso y sesgado, que no tiene argumento sustentable, y con un enfoque manipulador que induce a una lectura equivocada de la realidad de las medidas y las acciones que están en marcha en el ICE.

Como se le respondió al periodista Esteban Mata, desde el inicio de esta administración hemos planteado una transformación cultural en el Grupo ICE con el involucramiento de todo el personal en la eficiencia operativa, el fortalecimiento y el crecimiento institucional, la competitividad de los negocios, la evaluación del desempeño y la rendición de cuentas.

En ese marco, hemos abierto el diálogo con todas las organizaciones laborales que, con respeto y argumentos sólidos, buscan contribuir por la sostenibilidad del ICE.

Y mantenemos plena disposición para continuar haciéndolo, bajo un ambiente constructivo y cordial, sin imposiciones.

En un comunicado que envié el viernes anterior, fui enfático en hacer ver al personal del ICE que la discrepancia con las agrupaciones de trabajadores en las acciones por emprender no elimina la responsabilidad de la administración en aplicar las medidas que considere necesarias para lograr la sostenibilidad financiera.

Así, por ejemplo, la aprobación del mecanismo de salario global para futuras contrataciones, acordado por el Consejo Directivo el 31 de agosto, constituye una decisión fundamental para asegurar la operación de nuestros servicios, sin lesionar los derechos de los trabajadores actuales.

Las organizaciones sindicales del ICE han externado a lo largo de la última semana su oposición a este acuerdo. El propio FIT anunció públicamente el viernes su decisión de separarse “de toda participación en las instancias institucionales que tiene presencia”, hasta tanto no se discuta el tema con los representantes sindicales.

Algo que, por falta de rigurosidad periodística, obvió considerar el periodista Mata y que deja sin sustento la premisa errada de la publicación.

Frutos del diálogo. A partir de un modelo de gobernabilidad corporativa, en las subsidiarias CNFL y Racsa se han alcanzado acuerdos trascendentes entre la administración y la fuerza laboral.

En la CNFL, se firmó un pacto social, donde los trabajadores han asumido con valentía los sacrificios necesarios para salvar la empresa. Un verdadero hito en la historia de nuestro país que permite ahorros millonarios por movilidad y reducción de aportes a organizaciones laborales, de horas extra y de cálculo de anualidades, entre otros.

En Racsa, a final de este año, vamos a alcanzar el equilibrio financiero, producto de un reenfoque de su modelo de negocio y un ajuste drástico en sus costos y gastos. Allí, el 73% del personal tiene salario global.

En el ICE, hemos intensificado en los últimos 16 meses medidas de austeridad que han reportado ahorros importantes en alquileres, horas extra e inventarios, y seguimos conteniendo la planilla, que en los últimos cuatro años se redujo en más de 1.700 trabajadores.

Por el lado de los ingresos se han emprendido acciones para mejorar la calidad, ampliar el portafolio de servicios e incursionar en nuevos negocios. Pero los resultados requieren tiempo y, antes, debemos superar el agresivo entorno mediático que tiene una campaña permanente contra el ICE, dirigida, principalmente, por el periódico La Nación.

Aun así, las medidas están lejos de ser suficientes. Por ello debemos redoblar los esfuerzos –todos juntos– para eliminar los costos que arrastramos y no agregan valor.

Respuesta al clamor nacional. Les hablé que es urgente incidir en el tema de remuneraciones y controlar su crecimiento sin detrimento de los derechos laborales y del imperativo que tenemos todos de tomar medidas con sacrificio para hacer competitiva a la institución y evitar riesgos financieros.

Estamos respondiendo a un clamor nacional por la austeridad, la eficiencia y la competitividad. Y en ese esfuerzo se encuentra el ICE en primera línea. Pero para lograrlo es necesario el diálogo y el consenso, sin que ello implique ceder a la responsabilidad que como administración tenemos.

Las acciones que hemos emprendido desde el inicio de este gobierno continuaremos llevándolas adelante con la misma intensidad, convicción y transparencia con que lo hemos venido haciendo.

Finalmente, hago mías las palabras del jurista José Miguel Villalobos en su comentario sobre el artículo de La Nación: “Impulsar una agenda conjunta con los trabajadores de una entidad es no solo adecuado, sino deseable. No se trasladan las decisiones, no se otorgan poderes de administración ni se renuncia al ejercicio de potestades. Pero el titular del medio es insidioso, falso y malintencionado”.

Y agrego: porque en el fondo, esa información es parte de esa campaña permanente contra el ICE, liderada por La Nación.

Frente a esta realidad, reitero el compromiso de seguir impulsando la estrategia corporativa para la sostenibilidad financiera del Grupo ICE, utilizando criterios objetivos y rigurosos sobre la base del diálogo, el entendimiento y la construcción conjunta, valores esenciales que han caracterizado siempre al ser costarricense.

Carlos Manuel Obregón

Presidente ejecutivo del ICE