La insensatez de eliminar la colegiación obligatoria

Los colegios profesionales han demostrado ser garantes de la excelencia académica

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El 18 de mayo Eli Feinzaig en su artículo “La insensatez de la colegiación obligatoria” atacó a los colegios profesionales y cuestionó la obligatoriedad de la colegiación para ejercer la profesión en el país y, en especial, cita al Colegio de Médicos y Cirujanos con un concepto equivocado, simplista, tendencioso, que nos hace ver como club de amigos que no aportan nada a la profesión y al país. Nada más lejos de la verdad y realidad.

Los colegios profesionales son entidades públicas no estatales, con fines públicos y en representación del Estado. Fueron creados por leyes de la República en respuesta a la necesidad imperiosa de controlar el ejercicio de las diferentes profesiones, y se delega en ellos esta responsabilidad con la finalidad de buscar el bien de los costarricenses y el país, así como para promover la enseñanza, la actualización profesional y la investigación, como todos los colegios y, específicamente el de Médicos y Cirujanos, han venido haciendo.

En tiempos de pérdida significativa de los valores, de la ética, de los escrúpulos y donde se privilegia el dinero sobre todo, la fiscalización, los colegios y la colegiación obligatoria son más que necesarios, pues permiten pedir cuentas al profesional incumplidor con el bien hacer, que no actúa por el bien supremo de su profesión, con principios, y se garantiza que su actuar sea correcto, ético, científico y académico. Esta necesidad de fiscalización se vio reflejada con la pésima formación de pregrado que el Colegio de Abogados ha demostrado.

Índices de salud. Quienes comparten el pensamiento del señor Feinzaig desconocen que la labor y aportes del Colegio de Médicos, con 160 años de existencia con colegiación obligatoria, han sido fundamentales para que el país haya alcanzado el grado de sanidad pública, de seguridad social y los índices de salud y longevidad que posee, aspectos que son envidia en todo el mundo, así como el nivel de excelencia de los médicos, otros profesionales y tecnólogos que el Colegio también fiscaliza.

El Colegio participa en comisiones, comités propios y externos, fundamentales para la toma de decisiones de las diferentes instituciones del país como son el Ministerio de Salud, la CCSS y el INS, entre otros, incidiendo positivamente y profundamente en la vida nacional. La misma educación médica continua del Colegio hacia los profesionales médicos beneficia a estas instituciones y a la población.

Respecto al tarifario de procedimientos médico-quirúrgicos, que está en revisión exhaustiva y profunda, es un instrumento que debe estar ajustado a la realidad nacional, que sirva para que el paciente sepa cuánto debe pagar en una forma justa y que, a su vez, el profesional tenga una retribución justa y digna de acuerdo con la complejidad y responsabilidad de lo que haga. No debe ser satanizado como se ha hecho; muchos países, incluido EE. UU., donde se privilegia la libre competencia, cuentan con un tarifario regulatorio de procedimientos quirúrgicos.

Código de Ética. Otro de los aportes del Colegio es su Código de Ética, documento actualizado que define y le exige al médico cuál debe ser su comportamiento en relación con el público, la sociedad, los pacientes, los empleadores y con el Colegio mismo; le exige, también, la actualización en conocimientos y la optimización de su pericia. La colegiación obligatoria hace que pueda ser usado como ley marco para regular las profesiones, de otra manera de nada serviría.

La insensatez sería eliminar los colegios profesionales, que por muchos años han demostrado ser garantes de la excelencia académica y el ejercicio ético de nuestras profesiones, virtudes que reúnen la inmensa mayoría de nuestros colegiados.

El autor es presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica.