La compleja ecuación geopolítica del Kurdistán

En caso de gestarse una nueva guerra en Irak, esta empezaría en Kirkuk

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En el Medio Oriente todo es impredecible, pero las condiciones para una nueva guerra se están dando desde que el Estado Islámico (EI) fue derrotado en Mosul. En Kirkuk, sin mencionar otras ciudades, podría empezar todo porque es un territorio en disputa en la frontera de la Región Autónoma del Kurdistán (RAK) e Irak.

Bagdad ya envío tropas, mientras que persiste el resentimiento por el referendo del 25 de setiembre. Las amenazas de países vecinos como Irán y Turquía no se hicieron esperar, incluso en el Rojavá sirio y las de Bagdad en Erbil y Suleimaniya.

Desde la caída de Sadam, el país se sumió en las tres categorías de guerra convencional, insurgente y terrorista y que dio pasó a que el EI ocupara ciudades en Irak. La RAK incluyó a Kirkuk en el referendo recién realizado, a pesar de que la ciudad queda fuera de su territorio, pero alega presencia de población kurda y ser los triunfadores en la derrota del EI después que las tropas iraquíes huyeran en el 2014.

Para los kurdos y árabes iraquíes era vital sostener Mosul y Kirkuk porque, de lo contrario, habrían caído Tikrit y Bagdad o Erbil y Suleimaniya.

Disyuntiva. Un Estado kurdo soberano ya está abriendo amagos de guerra. Habiendo estado dos veces en Irak, pregunté a mucha gente sobre esta disyuntiva geopolítica y a lo que más temen es a una guerra sectaria, que ya vivieron en el pasado reciente cuando el EI operó matando cristianos en Siria, Irak y Kurdistán. Además, la gente teme que no haya acuerdo político y les llegue la guerra que está en la otra acera.

Aunque los árabes sunitas y chiitas difícilmente aceptarían estar gobernados por kurdos, un Irak fragmentado es un enorme golpe para los intereses de Irán por su influencia política y militar sobre Bagdad y Damasco y en el Levante extendido, que procura contrarrestar la influencia saudí que ya enfrenta su propia guerra hutí en Yemen apoyada por Teherán.

Turquía es otro aspecto complejo, los choques con los kurdos turcos y con los kurdos de Rojavá en Siria imposibilitan la estabilidad regional, en una guerra que por etapas ha cambiado de patrones geopolíticos.

Para algunos, el Partido de la Unión Democrática está compuesto por “kurdos buenos” y los separatistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) son “kurdos malos”, y para otros “un kurdo bueno es un kurdo muerto”. Estas categorizaciones agregan tensión en el Medio Oriente.

El presidente Barzani de la RAK es un kurdo bueno, quien tenía hasta antes del referendo buenas relaciones con Turquía, cuyas inversiones son claves en Erbil. Ese asedio económico al Kurdistán no podrá sostenerse por largo tiempo, perderían todos los países que tiene inversiones ahí.

La geografía de la RAK impone a los kurdos exportar el petróleo a través de los oleoductos turcos; relación que ya molesta a Bagdad, que a la vez busca contrarrestar la influencia turca en la región.

Turquía preferiría que Mosul permanezca fuera de la órbita de Teherán y Bagdad, ya que la idea es limitar la influencia persa y chiita en el antiguo patio trasero otomano, tal como lo pensaba Sadam cuando invadió Kuwait en 1990 por su riqueza energética.

Competencia. En contraste, aunque Irán tiene lazos históricos y culturales con los kurdos iraquíes, compite también por influencia en la RAK, pues la división de Irak sería una pérdida estratégica para los iraníes porque ven en la independencia kurda una posible base de operaciones de los kurdos iraníes.

Si la RAK se declarara independiente, tendrá que estar en buenos términos con Turquía e Irán, pese a la influencia israelí, que es importante para Erbil; si se alinea con Arabia Saudita o con Israel, el Estado kurdo sería un problema para Teherán y para los demás países con población kurda.

Tanto Riad como Jerusalén anunciaron que apoyan la independencia de la RAK, y quizá lo haría Rusia, dado que solo es aliada con Irán en la guerra en Siria y el único aliado extra regional de Irán. La probabilidad de una guerra sectaria en algunas ciudades que conocí en Kurdistán es muy alta por su vulnerabilidad militar y por su población multiconfesional. Y con la reciente ocupación militar de las milicias chiitas Hashd Al-Shaabi sobre Kirkuk, ya hubo saqueo, expulsión de kurdos y la quema de sus casas.

En caso de gestarse una nueva guerra en Irak, esta empezaría en Kirkuk si no se hace algo antes para evitar un innecesario baño de sangre entre peshmergas kurdos, tropas árabes iraquíes y milicias chiitas; un ambiente nada halagüeño para un Medio Oriente de conflictos interminables.

El autor es miembro de la cátedra Ibn Khaldún sobre Medio Oriente de la UCR