Juegan con Costa Rica y les financiamos el juego

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La saga del proyecto de la refinería, con Soresco y las “audacias” de China, es hoy harto conocida: en la elaboración de los estudios de factibilidad, la contraparte violó totalmente los acuerdos firmados.

Ello con la complicidad, el silencio y la ausencia del mínimo sentido común en la defensa de los intereses nacionales por parte de las autoridades políticas de nuestro país de los dos gobiernos anteriores, de funcionarios de nivel medio y de dirigentes sindicales de Recope. Si no hubiese sido por las contundentes denuncias públicas de algunos costarricenses, la atinada reacción de los principales medios de comunicación y las acciones de la Contraloría General de la República, se habría consumado un negocio leonino y perjudicial para el país.

Aun así, Soresco ha botado más de $35 millones de los costarricenses, en errores, en estudios sin base legal, en desperdicios y abusos que rayan en corrupción.

Lo más oneroso para el país no han sido ni por asomo esos $35 millones, sino la posposición ad infinitum de la solución posible y conveniente y el mantenimiento de centenares de empleados, desde que Recope dejó de refinar hace más de cuatro años, esperando que haya una nueva refinería.

Como en el caso de “la platina”, pareciera que algunos políticos, funcionarios y sindicalistas, en serio creen que Dios suspendió tanto el paso del tiempo como la lógica financiera más elemental cuando se trata de Costa Rica.

Absurda posición. Lamentablemente, el Gobierno de mi partido defendió por 15 meses las tesis del gobierno anterior. Así, mantuvo activa una absurda, costosa e interesada demanda contra la Contraloría, la cual había prohibido la utilización de los estudios de factibilidad del proyecto, porque estaban contaminados de conflictos de interés y de lesiones a nuestro país.

Luego de mucho tiempo perdido y miles de millones de colones totalmente desperdiciados por Recope (y financiados por los costarricenses por medio de los precios de los combustibles), hace dos meses, el gobierno tomó la decisión que recomendamos desde mayo del año pasado y procedió a quitar la demanda contra la Contraloría.

Pero ahora, ante el truculento anuncio de las intenciones de la parte china de vender sus acciones a una empresa privada de otro país, de manera sorpresiva nuestro gobierno informa que “no ve mal” en tal posibilidad. Lo que Costa Rica debe hacer es terminar de una vez por todas con este absurdo proyecto, salirnos de la empresa Soresco y tomar decisiones transparentes sobre las rutas viables y sostenibles en materia de refinación de petróleo.

Argumento insostenible. La relación contractual con la empresa petrolera estatal china –Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) y subsidiarias– y la batería de compromisos adquiridos, no se derivaron de una licitación en la cual el país asiático compitió con las mejores condiciones en cuanto a calidad, costo y financiamiento. Simplemente se trató de una selección a dedo, de naturaleza política, tomada en el ámbito de la diplomacia, entre políticos. Así el trato más caro de obra pública de nuestra historia no se hizo por licitación.

Entonces se alegó que como el negocio era entre empresas estatales (Recope y CNPC) cabían las excepciones a los procedimientos normales de la legislación sobre contratación pública (artículo 2, Ley de Contratación Administrativa). Esto impidió explorar si la relación con la CNPC era la mejor para nuestro país.

Independientemente de la legalidad del procedimiento escogido para seleccionar al contratista (cuestionada por expertos prestigiosos como el Dr. Manrique Jiménez Meza), no cabe, a la luz de los argumentos utilizados para justificar el trato directo (sin licitación) con la CNPC, que ahora esta pueda vender a una empresa privada su participación en Soresco.

Los defensores de este lamentable negocio can’t have it both ways: si tenían razón cuando defendieron la selección de la CNPC sin licitación, porque esta es una empresa pública propiedad del Estado chino, ahora no podrán justificar la continuación del negocio si la parte china es privatizada.

En todo este vergonzoso affaire, se ha jugado con Costa Rica, y el juego ha sido financiado por los costarricenses. Ya varios gobiernos se han prestado a este juego, ya sea por estupidez, porque algunos de sus jerarcas apaciguan su patriotismo y aplacan su capacidad de análisis a cambio de un viajecito regalado a China, o por asuntos más serios.

En un debate televisivo por canal 7, en junio del 2013, con el presidente ejecutivo de Recope del gobierno anterior, reclamé que con Costa Rica no se debía jugar. Me duele que desde fuera y desde dentro se siga jugando con el país y que no reaccionemos en defensa de los intereses nacionales rompiendo ese negocio de una vez por todas. ¡Por el contrario, es China la que unilateralmente se adelanta a romperlo al vender su parte!

En lugar de “no ver nada malo” en esta ruta, es nuestro gobierno quien debe ordenar a Recope que salga de Soresco. Si nos salimos ya, China no puede demandarnos ni llevarnos a un arbitraje.

Dicho negocio tiene cero futuro. Que no haya una espera innecesaria y costosa como ocurrió con el retiro de la demanda contra la Contraloría. El gobierno debería en este caso escuchar, cortar las pérdidas, salirse de Soresco de manera inmediata y llevar a los tribunales a los responsables de este oneroso y fallido festín con los recursos públicos.

Ottón Solís es diputado a la Asamblea Legislativa por el Partido Acción Ciudadana.