‘¡Jale a votar!’

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A la vuelta de la esquina, nos encontramos con la que, probablemente, será la elección presidencial y legislativa de mayor importancia en las últimas décadas de la historia de Costa Rica. La posibilidad, por primera vez, de un tercer periodo consecutivo del partido de turno o la llegada al poder de alguno de los partidos no tradicionales, son solo algunos de los fenómenos presentes en esta nueva oportunidad. Por ello, es posible percibir un interés creciente de la población en torno al proceso electoral, un ciudadano promedio más informado, y un debate constante de ideas en las redes sociales.

Además, nos encontramos a las puertas de un gran logro cívico: se aumentará el porcentaje de participación ciudadana en los procesos democráticos de elección popular, y se disminuirá el abstencionismo por debajo del 30%.

Esto último no se esperaba. Si tomamos en cuenta los datos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), el abstencionismo en Costa Rica rondó el 20% en la década de los sesentas y hasta 1994; en 1998, se dispararía diez puntos porcentuales y alcanzaría el 30%, cifra que aumentaría para las elecciones del 2002 y, posteriormente, con una cifra récord en aquella ajustada elección del 2006, cuando dos candidatos superaron el 40% de intención de voto; sin embargo, el abstencionismo fue el más alto de nuestra historia: un 34,8%.

Para el año 2010, el país logró bajar esa cifra hasta un 31%, por lo que esperamos que en escasas dos semanas podamos celebrar el haber derrotado esa cifra nuevamente con cada vez más costarricenses expresando su voluntad por medio del voto.

Participación. Datos como los anteriores, y el hecho de que la población menor de 30 años es la de más baja participación en los procesos electorales (junto con las de 80 años) es lo que hemos analizado desde el grupo de los Global Shapers de San José y, con el aval del TSE, pretendemos lanzar la iniciativa “¡Jale a votar!”, un espacio donde se promueve la participación ciudadana y el ejercicio de un voto informado este próximo 2 de febrero.

Precisamente, este proyecto, sumado a otras iniciativas, muchas lideradas por personas jóvenes y una bien dirigida campaña de comunicación del TSE, es lo que nos permite festejar de antemano datos como los arrojados en la última encuesta de Unimer, que reflejan un aumento del 71% al 79% en el porcentaje de probables votantes, con un porcentaje esperado de abstencionismo cercano al 21%, lo que significaría una disminución de 10% con respecto a la elección del 2010 y un significativo logro histórico.

Celebremos desde ahora esta realidad y rechacemos de forma anticipada cualquier tipo de confrontación, violencia y agresión verbal o física durante las votaciones. Permitamos que el proceso electoral sea una fiesta y no una lucha frontal entre compatriotas.

Que, el próximo 2 de febrero o el 6 de abril, prevalezca el respeto por la voluntad popular y el optimismo de cara a los próximos 4 años, donde adoptemos una actitud de hermandad y colaboración frente a los retos que tenemos por delante como país.

Informémonos e informemos a otros, compartamos, discrepemos y opinemos de forma respetuosa, demos el ejemplo a las generaciones futuras y ¡jale a votar! este próximo 2 de febrero.