Inteligencia artificial y salario emocional

El desarrollo de la inteligencia artificial creó nuevos paradigmas sociales y formas de trabajar

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Todo cambia y hay que entenderlo si no se quiere quedar desfasado. Las tecnologías y, sobre todo, el desarrollo de la inteligencia artificial (AI), crearon nuevos paradigmas sociales y formas de efectuar el trabajo.

Las generaciones millennial y centennial optan por el teletrabajo, el estudio de ingenierías y la potenciación de las habilidades blandas, antes que las propias de cualquier disciplina tradicional.

Lo anterior pareciera que muchos no lo han entendido o no quieren entenderlo, y se resisten al cambio.

Los nuevos empleos que se anuncian con gran suceso, según los parámetros de empatía y adaptación, entre algunas otras variables, van a ser principalmente los relacionados con las ingenierías dedicadas al aprendizaje automático para el desarrollo de los procesos basados en IA, es decir, los que alimenten algoritmos, ciberseguridad y especialistas en medioambiente, con el fin de sostener al globo terráqueo de los desechos o sustancias que se vayan a producir de manera peligrosa para el ser humano.

Por supuesto, habrá empleo para programadorese ingenieros en robótica, que, además de crear máquinas, también van a ser algo así como los médicos de los robots, fundamentalmente también los operadores de máquinas robotizadas, operadas por IA, e investigadores en el desarrollo tecnológico, entre otras varias profesiones del presente y el futuro.

Todo lo anterior estará permeado por IA, la cual está originando una metamorfosis en la automatización de labores, una transformación que va más allá de las tareas monótonas y repetitivas, por cuanto se presenta una realidad en la que la IA es apta para asumir los procesos cognitivos más complicados que los que las personas han podido resolver de manera eficaz y precisa.

Las empresas, ante la información abrumadora, podrán ordenar y concatenar las tareas en tiempo real para la toma de decisiones.

A las personas, las conducirá a dejar de lado las labores mecánicas y les facilitará redirigir su energía hacia trabajos de más valor, para los cuales es necesaria la inteligencia y empatía humanas.

Aunado a este panorama, no se deben obviar los retos éticos y regulatorios en las diversas disciplinas del derecho, a fin de garantizar una incorporación equitativa y beneficiosa de las tecnologías para las partes en la relación laboral.

Los trabajadores, a diferencia de los del siglo pasado, cuando se dejaron plasmadas las regulaciones de protección de sus aspiraciones, ya no se conforman con un salario monetario. Para ellos, es más importante el conocido como “salario emocional”, es decir, aquel que no es económico sino que incentiva de diversas maneras y satisface las necesidades de las nuevas generaciones tecnológicas dentro de la revolución 4.0, en pro de una conciliación personal y familiar. Por tanto es necesario:

1. Un óptimo clima organizacional, libre de violencia, discriminación, represalias injustificadas, acoso, etc., a fin de brindar, en la esfera individual, buena calidad de vida en el trabajo.

De ahí que tanto el sector privado como el público deben preocuparse por reinventarse y dar énfasis al recurso humano, en vista de estas demandas modernas.

2. Posibilidad de trabajo deslocalizado mediante el uso de internet. Resulta más valioso el cumplimiento de los objetivos del patrono que la presencia, muchas veces poco productiva y desgastante debido al problema de movilidad de las infraestructuras y transporte, cuyo resultado son tiempos muertos. Según estudios realizados por el Centro Internacional para el Desarrollo del Teletrabajo, podrían significar hasta 270 horas al año.

3. Atención patronal impulsora de la constante actualización del personal en pro del desarrollo y satisfacción profesionales, en la que ambas partes de la relación laboral ganan.

4. La posibilidad de recreación promovida por la empresa, el reconocimiento cuando la persona hace bien su trabajo, junto con descansos y oportunidades más allá de los mínimos legales pensados para los trabajadores de hace 80 años.

Este artículo tiene como fin incentivar una reflexión en vísperas del aniversario de la legislación laboral y contribuir a mantener la armonía sociolaboral en el presente y el futuro.

El autor es doctor en Derecho Laboral.