Información distorsionada sobre cooperativas de taxis

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Respecto a la publicación de un artículo en el periódico La Nación , del 15 de julio, en la página 14 A, titulado “Taxistas pagan ¢1,2 millones por afiliación a cooperativas”, definitivamente debemos desmentirlo, en casi su totalidad, por cuanto señala datos y mecanismos que no son ciertos, y que riñen con el conocimiento que se debería tener sobre el sector de cooperativas de taxis en nuestro país.

En relación con el subtítulo del artículo, cabe decir que los choferes no pagan nada a las cooperativas, dado que son los asociados los que disponen de servicios y pagos a sus respectivas cooperativas. No sus choferes.

En el siguiente subtítulo, se dice que Coopetaxi R. L. da afiliación “fantasma” a taxistas, lo cual no es cierto porque lo que realiza es venta de servicios a no asociados a la cooperativa, como un beneficio adicional a los taxistas individuales. Por ejemplo: ¿acaso Dos Pinos vende sus productos solamente a sus asociados y no a sus millones de clientes?

Un taxista requiere estar asociado a una cooperativa para adquirir un vehículo 100% financiado, pues los fondos de financiamiento y aval fueron creados por las cooperativas unidas en una federación de cooperativas de taxistas.

El cobro es por asociación a la cooperativa, y depende de los servicios que la cooperativa le brinda y del capital social que la cooperativa defina para asociarse.

Es decir, los taxistas tienen un sistema propio de organización y financiamiento de sus asociados. Esto no es discriminatorio, sino que debería ser un estímulo para que los taxistas se organicen en cooperativas.

Somos nueve cooperativas agrupadas en Fenacootaxi, no seis, como reza el artículo de marras.

Empresa autónoma. Una cooperativa es una empresa autónoma como otras. La única diferencia está en que la empresa privada distribuye su capital entre pocos dueños o un solo dueño, mientras que una cooperativa tiene muchos dueños. Y somos autónomas como empresas cooperativas.

El pago por el valor de asociación depende del valor fijado por ese capital, por la asamblea de asociados de la cooperativa, tal y como se comportan las empresas en cualquier sector económico o productivo.

La cuota de mensualidad que paga el asociado es únicamente por el servicio de llamadas y despacho a los diferentes taxistas. Esto tiene un costo. Y no es por usar una frecuencia, que es ilegal. Es por el servicio de llamadas que se le da al taxista, a modo de call center .

En Coopetaxi R. L., por ejemplo, se cancelan ¢5.500 por semana por este servicio de llamadas y radiocomunicación.

Un banco solicita avales a sus clientes cooperativistas. Donde se refiere que los bancos nacionales e internacionales exigen como requisito para financiar al 100% a estos taxistas, es porque Fenacootaxi da un aval por el saldo al descubierto que deja el asociado. Es decir, en el caso del Banco Popular, Fenacootaxi da un aval al taxista asociado, vía la cooperativa, por un 50% del crédito total.

Así que en este contexto, si el señor Vargas desea dar el mismo servicio de aval a los créditos de los taxistas, la Fenacootaxi no tiene ningún inconveniente. Cada organización de agremiados tiene derecho a brindar sus servicios solo a sus asociados.

Convenios. Donde igual tenemos convenios con empresas aseguradoras, el taxista asegura su vehículo y su vida propia, con tarifas menores al 50% de lo que pagaría, si lo hiciera por esos seguros en forma individual.

Este servicio de seguro colectivo, para decirlo de alguna forma, es otro servicio de calidad prestado por la Federación a los taxistas del país.

La razón de ser de Fenacootaxi y sus cooperativas afiliadas es brindar más y mejores servicios a sus taxistas asociados.

Por todas estas razones es que consideramos, desde el sector de taxistas cooperativistas en el país, que el artículo señalado no dice la verdad, y que, en todo caso, la periodista que redacta el artículo no parece conocer muy de cerca el sector cooperativo, o su fuente informativa no es del todo clara con respecto a la organización empresarial cooperativista y sus programas de financiamiento a sus asociados.