Gracias, embajadora Andrew

Sin duda, aceptar la Embajada no le fue fácil

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“Al presidente de los Estados Unidos difícilmente se le puede decir que no.” Esa fue su respuesta cuando le pregunté sobre cómo había tomado la difícil decisión de aceptar ser embajadora, con dos hijos en plena adolescencia y un esposo que tendría que multiplicarse entre dos países.

Anne S. Andrew, primera mujer embajadora de Estados Unidos en nuestro país, ha sido un maravilloso referente de una mujer entregada a su familia, a sus causas y a su país. Una persona de una exquisita sencillez y múltiples talentos. Graduada en Artes de la Georgetown University y abogada por la Indiana University School of Law, fungió como editora en jefe de la revista Indiana Law Review , puesto reservado a los y las mejores, y luego serviría como profesora adjunta en leyes. Ferviente defensora del medio ambiente, fundó la firma New Energy Nexus LLC, consultora de empresas en tecnologías asociadas a las energías limpias, participó en importantes redes como The Sierra Club, The Nature Conservancy y la Indiana Natural Resources Foundations.

Sin duda, aceptar la Embajada no le fue fácil y no dudo que algunas pocas veces titubeó sobre la sapiencia de su decisión. Como costarricense, celebro su valentía y vocación de servicio pues la embajadora Andrew, en tan solo tres años, deja un vasto abanico de proyectos y una gran huella en nuestro país, que espero adopte como su segunda patria. He sido una testigo fiel de sus preocupaciones por mejorar nuestra seguridad, desde el fortalecimiento de iniciativas regionales, como el aumento de ayuda a través de las Iniciativa Mérida y el CARSI, hasta la cooperación bilateral mediante programas de fortalecimiento, capacitación, profesionalización e incorporación de mejores prácticas a los sistemas judicial, penitenciario, policial y de prevención en los barrios. Ha sido una abanderada en las iniciativas en pro de las mujeres, desde iniciativas contra la violencia intrafamiliar hasta programas de empoderamiento, emprendedurismo e incorporación de las mujeres a las cadenas de valor. Los jóvenes y pequeños empresarios se han beneficiado de sus programas como el concurso regional de energía limpia, la creación de las becas Franklin Chang o bien los proyectos de cooperación científica y tecnológica que plasman su convicción en la innovación y la producción a partir del alto valor agregado y la sostenibilidad. Su mandato, próximo a concluir, lo ha sellado con broche de oro con la visita del presidente Obama. Me alegra su aceptación de continuar vinculada a Costa Rica a través de la Earth y, como costarricense, le digo, gracias, señora embajadora.