G-77

El compromiso que adquirió Costa Rica como coordinador del G-77 será una tarea compleja y difícil.

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A partir del 1º de enero del próximo año, Costa Rica tendrá el honor de coordinar las actividades del llamado Grupo 77 (G-77). El Grupo como recordaremos fue establecido al final de la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en Ginebra, Suiza, el 15 de junio de 1964, por 77 países en desarrollo, los cuales firmaron lo que se llamó la "Declaración Conjunta de los 77 países". El Grupo desde su creación retuvo su nombre original, a pesar de que hoy está integrado por 132 países, más la República Popular China, que se adhirió en calidad de asociado. La coordinación costarricense del G-77 es una excelente oportunidad para que Costa Rica retome su perdido liderazgo en los foros internacionales, para que nuestra política exterior se luzca a nivel internacional y para que nos aboquemos con nuestros socios regionales a buscar nuevas posibilidades de cooperación y desarrollo de cara al próximo siglo.

De acuerdo con su Acta constitutiva, el G-77 es el brazo técnico y coordinador del Grupo de los países en desarrollo para coordinar sus intereses económicos de manera colectiva y desde su creación el Grupo ha trabajado en íntima relación con los No Alineados (NOAL), que son los encargados de marcar sus lineamientos políticos. La unidad del G-77 se ha basado en un interés común: cambiar el injusto orden económico internacional y en la creencia de que la unidad reforzará el poder de negociación con el mundo en desarrollo y con ello la consecución de sus metas de desarrollo.

El G-77 no es tan homogéneo como aparenta, es muy difícil a veces poner de acuerdo a representantes de sistemas políticos y sociales tan distintos o consolidar intereses regionales con intereses generales; mientras la división de la Guerra Fría permaneció, el Grupo mantuvo cierta unidad grupal, aunque históricamente se han dado importantes fisuras, por ejemplo, en el mismo tratamiento del concepto de desarrollo y las estrategias que se deben seguir, o desacuerdo en temas más puntuales como las modalidades del transporte marítimo o el papel que desempeña la transferencia de tecnología. La aparente unidad del G-77 se mantiene mediante recomendaciones que son apoyadas unánimemente por todos los miembros y por procedimientos decisorios internos no escritos, en donde todas las propuestas deben ser ventiladas al interior del Grupo, antes de ser presentadas para su negociación con los países desarrollados, y éstas deben ser apoyadas unánimemente por todos los miembros.

El trabajo del G-77 está a cargo de un Presidente rotativo que es su coordinador (generalmente, el coordinador es el Embajador en Nueva York, del país que en ese momento se le ha asignado la rotación de manera alfabética), quien actúa como vocero del Grupo. Dicha coordinación se da en las tres principales sedes de Naciones Unidas, en Nueva York, en Ginebra y en Viena. Al interior del G-77 hay grupos de trabajo, encargados de coordinar y darle seguimiento a áreas específicas; de esos grupos, el más importante es el G-27, Grupo de expertos formado por representantes regionales que se encargan de preparar los borradores y los temas principales de la Agenda.

A mediados de la década del sesenta, tanto el G-77 como el Grupo de los No Alineados comenzaron a marcar la pauta para una nueva estrategia del no alineamiento y de una nueva justicia internacional basada en un Nuevo Orden Internacional. El G-77 y los NOAL después de la Conferencia ministerial de Argel comenzaron a centrar sus esfuerzos en la concertación y la acción coordinada como medio para influir en el acontecer internacional. A partir de ese momento los NOAL han trabajado conjuntamente con el G-77 en el seno de las ONU (en las Asambleas Generales) y en las Conferencias sobre Comercio y Desarrollo. En 1974, el G-77 y los NOAL lograron aprobar la resolución concerniente a la instauración del Nuevo Orden Económico Internacional en la Asamblea General y la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados, lo que sin duda ha sido uno de sus más importantes logros internacionales en el campo de la cooperación internacional.

En la actualidad, la unidad del G-77 sigue girando alrededor de la UNCTAD, organismo del sistema internacional que gracias a su primer director Raúl Prebisch logró convertirse en una importante institución capaz de unificar y articular la cooperación, ayudas y prácticas de desarrollo global del mundo en vías de desarrollo, pero en la última década la UNCTAD ha sufrido el desgaste político y el deterioro de malas administraciones y durante todo el proceso de deliberación de la llamada Ronda Uruguay fueron muchos representantes gubernamentales que clamaron para cerrar el Organismo. La creación misma de la Organización Mundial de Comercio (OMC) fue otro elemento en contra de la UNCTAD, ya que para muchos Gobiernos es injustificable tener dos instituciones internacionales con tareas similares y han abogado por una racionalización en el sistema internacional. La UNCTAD se prepara para celebrar su IX Reunión Mundial, en Johanesburgo, Sudáfrica, el próximo año. La reunión no será fácil, son muchos los miembros del G-77 que quieren cerrarla, ello llevará a cuestionarse la misma estrategia de desarrollo y en ese sentido Costa Rica como coordinador del G-77 deberá ejercer su liderazgo para evitar cerrar la Institución, el país deberá presentar y coordinar acciones concretas para revitalizar los mecanismos para el desarrollo en la UNCTAD, así como buscar nuevas formas de fomentar el comercio internacional como instrumento de desarrollo el mundo de la post Ronda Uruguay. En ocasión de los 25 años del G-77, el entonces canciller de la

República, don Rodrigo Madrigal en su discurso en la XII Reunión Ministerial Anual del Grupo, señaló que el G-77 había cumplido un papel importantísimo en la escena internacional, "pero que era aún necesario, que el Grupo se planteara su ideas, diseñara nuevos e imaginativos mecanismos y reafirmara su solidaridad", es importante traer a colación las palabras de don Rodrigo ya que nos reafirma que el compromiso que adquirió Costa Rica como coordinador del G-77 será una tarea compleja y difícil, la coordinación deberá significar un esfuerzo nacional, para que el país pueda lograr los objetivos de desarrollo y cooperación que aspiran los países en vías de desarrollo de cara al futuro.