Foro: Sangre nueva a las alcaldías

Es inconcebible, en un régimen que promueve la igualdad y la participación ciudadana, perpetuar el poder político en las comunidades.

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A pocos meses de las elecciones municipales, una palabra resuena en los medios informativos: reelección. Mi deber como estudioso de las letras sería definir el término, pero lo considero innecesario puesto que, en nuestro país, el concepto nos ha acompañado a lo largo de varias décadas.

Recientemente, La Nación publicó un artículo, en el cual se indica que 60 de 81 alcaldes desean quedarse en el cargo. Es alarmante la cantidad, pero lo es más que cinco de ellos están por superar los veinte años en el poder.

Es inconcebible, en un régimen que promueve la igualdad y la participación ciudadana, perpetuar el poder político en las comunidades, donde las necesidades de la población son más que evidentes.

Si se entrevistara a esos 60 alcaldes para conocer las razones por las cuales pretenden la reelección, esperaríamos que la mayoría de ellos identifique las vulnerabilidades de sus cantones, propongan proyectos y ofrezcan soluciones.

En las elecciones anteriores (2016), la alcaldesa del cantón donde estoy domiciliado se tomó la molestia de visitar casa por casa en uno de los distritos, con el fin de anunciar su reelección y pedir votos. Su argumento fue simple, como ha sido su administración: “Vean el trabajo que he hecho, los actos hablan más que las palabras”.

No puedo negar la veracidad de lo dicho, pero ¿acaso debíamos los ciudadanos felicitarla por su trabajo? ¿Teníamos que premiarla con nuestro voto porque había trabajado? Si le dimos el voto fue para que hiciera lo que había prometido, para que cumpliera sus responsabilidades.

No es deber del pueblo premiar al funcionario porque hace lo que debe, para eso le pagamos un salario con los impuestos.

Prometer y cumplir. Por otro lado, debo reconocer que en cuatro años es difícil cumplir las propuestas de campaña, por lo tanto, el futuro candidato debería medir sus capacidades y las de su equipo para llevar a cabo lo prometido.

Ningún político, director, gerente, líder o jefe es indispensable para alcanzar los objetivos en una empresa, organización o comunidad. Empero, muchos de los que ambicionan la reelección no lo han o no lo quieren entender. Por lo cual, demuestran su falta de liderazgo.

Tom Peters dijo: “Los líderes no crean seguidores, crean más líderes”. Y como líder estudiantil y político comprendí que el éxito de mi liderazgo no es lo que alcanzo, sino lo que logro que otras personas alcancen.

Nuestro país camina hacia el progreso, pero no se puede progresar con las mismas ideas de hace veinte años, con las mismas estrategias inservibles arrastradas durante décadas. Sin liderazgo no hay progreso.

Nuevos candidatos. Los liderazgos y los puestos políticos deben ser renovados constantemente, entregados a personas que sueñan, que son visionarias y verdaderamente buscan el desarrollo de las comunidades.

En las elecciones municipales del 2016, en la provincia de San José, fueron elegidos 20 alcaldes, de los cuales solamente 1 es menor de 30 años y 16 tienen más de 40 años.

No debemos permitir que en un país donde “caben todos”, según nuestro presidente, no quepan las nuevas ideas, las fuerzas para trabajar y la capacidad de las personas jóvenes para gobernar.

Las municipalidades no necesitan la reelección para seguir haciendo un buen trabajo. Estoy seguro de que pueden hacer uno mucho mejor si se les da oportunidad a verdaderos liderazgos.

jord2dondi@gmail.com

El autor es estudiante universitario.