Foro: Partidos políticos y elecciones 2022

La campaña electoral traerá una reconfiguración del poder y la negociación de nuevos acuerdos políticos

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La inestabilidad de los sistemas de partidos tiene su origen en diversas causas, como señala el politólogo español Manuel Sánchez de Dios: crisis de los más tradicionales por el surgimiento de problemas o cuestiones políticas complejas que no son atendidas eficientemente por dichos partidos, lo cual lleva a los ciudadanos a apostar por las agrupaciones emergentes; también puede deberse a problemas organizativos, fragmentación o a crisis de liderazgo y de legitimidad de la clase política.

Si la inestabilidad del sistema de partidos es consecuencia de una elevada fragmentación, dificulta, según Sánchez, la gobernabilidad de los países, que tendrá como consecuencia una afectación de la dinámica democrática.

De acuerdo con la politóloga costarricense María Cascante, en nuestro país esto se evidencia desde 1998, cuando se inició el debilitamiento progresivo del bipartidismo y, con ello, la fragmentación del sistema, la emergencia de nuevas fuerzas políticas (PAC, escisión de Liberación; Libertario, escisión del PUSC) y un mayor abstencionismo.

Es decir, el sistema de partidos de Costa Rica también pasa por una transformación profunda, como fue obvio en las elecciones del 2018, que representan un antes y un después, por hechos que los mismos políticos no vieron venir porque han perdido capacidad, o no la tienen los de reciente creación, de interpretar la realidad y de estudiar para adaptarse con seriedad y propuestas creíbles a los cambios.

La presente inestabilidad de nuestro sistema de partidos dificulta mucho la gobernabilidad del país, circunstancia que se agravó debido a los serios desacuerdos políticos derivados de la gestión tanto del Ejecutivo como del Legislativo relacionados con la covid-19.

Multipartidismo polarizado. Costa Rica tiene en este momento un formato de sistema más cercano al multipartidismo polarizado, el cual determina la forma en que interactúan los partidos como más heterogénea, con mayor fragmentación y más dificultades para los consensos.

Flavia Freidenberg, experta e investigadora sobre partidos políticos, considera que el sistema costarricense cambió más por el hartazgo de los ciudadanos que por el impacto de las últimas reformas hechas al sistema electoral.

Una característica en el cambio del sistema de partidos del país en las últimas dos décadas es el surgimiento de movimientos sociales para protestar por diferentes causas, coincidente con la tesis del declive de los partidos relacionada con que estos satisfacen menos a su electorado.

Las agrupaciones políticas han dejado de ser mediadoras entre los ciudadanos y el gobierno, y tienen más dificultades para atraer nuevos militantes y mandar mensajes convincentes a los votantes.

Otro cambio clave es que los partidos pasaron del modelo de masas o movilizadores del electorado de los noventa al modelo cartel, esto es, partidos que se apoyan en dirigentes que compiten por el respaldo de los votantes.

Son partidos clientelistas, controlados por los cargos en el gobierno y los dirigentes, cuya razón es la propia supervivencia de los partidos, pues su grupo es un fin en sí mismo para convertir votos en puestos.

Como operadores estratégicos para el funcionamiento de la democracia, es indispensable que los partidos se adapten con creatividad a las transformaciones sociales, y promuevan, así, propuestas de buena calidad para satisfacer las demandas sociales. En caso contrario, no podrán seguir contando con los votantes de siempre.

Voto instrumental. Surge entonces lo que Thomassen y Van Ham llaman voto instrumental y de carácter retrospectivo o democracia de audiencia contraria a la democracia de partidos tradicionales.

En la democracia de audiencia los electores toman sus decisiones mediante la evaluación del desempeño y gestión de los gobernantes.

La crisis de gobernabilidad que amenaza la estabilidad democrática del país amerita ya, frente a la presente campaña electoral, que traerá una nueva reconfiguración del poder y la negociación de nuevos acuerdos políticos, un debate abierto entre tomadores de decisiones políticas y la academia con el propósito de generar mayor análisis acerca de la situación de nuestro sistema y los partidos individualmente.

Por su parte, a estas agrupaciones les corresponde ser más plurales, inclusivas y transparentes, y prepararse mejor para responder eficientemente y con altos estándares a las demandas ciudadanas de manera que actúen a la altura de las circunstancias, con seriedad y visión de futuro como requiere la compleja realidad.

ceciliacortes668@gmail.com

La autora es internacionalista.