Foro: Para que la educación vuelva a ser un hito de oro

Debemos sembrar determinadas semillas para que crezcan y sirvan como pilares

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La educación retomó su papel protagónico en los titulares nacionales. La semana pasada, en el plenario legislativo, la diputada Silvia Hernández propuso a la ministra de Educación la idea de declarar emergencia educativa nacional.

Por su parte, Dyalá Jiménez, exministra de Comercio Exterior, en su artículo «OCDE a la tica», del 11 de enero, incluyó la educación entre los puntos pendientes para la incorporación a la organización, e hizo referencia a las reformas educativas como algo «esencial para la sociedad justa e inclusiva que queremos y merecemos».

El presidente Alvarado, en su artículo «Impregnar de libertad el bicentenario (I)», publicado el 17 de enero, citó de primero la educación gratuita y obligatoria (1869) como «un hito de oro en la historia costarricense».

A la vez, reconoció que el país hizo en los últimos años la mayor inversión en la historia en educación, pero la educación de nuestra niñez y juventud no mejoró.

Las razones. En lo macro, cabe destacar la falta de visión, gestión y voluntad política. Lo más grave es que la educación pasó a un segundo plano. Se hizo evidente en el rompimiento del cuórum legislativo en la sesión de interpelación de la ministra Guiselle Cruz y en la escasez de voces en defensa de este pilar costarricense.

Se nos olvida que la educación es la manera más eficaz para cerrar las brechas existentes en nuestra sociedad.

En en lo micro, la educación se quedó estancada, sin cambios significativos durante muchos años. De la educación actual se puede decir que está basada en enseñanza autoritaria, pasiva y unidireccional; se rige por materias que no han sido actualizadas para los trabajos del futuro; sigue un formato que no es óptimo para el aprendizaje y no crea espacios de conexión con el sector productivo y con expertos para incentivar la educación dual.

¿Quiénes cargan con la responsabilidad? Muchas veces los docentes son culpados por todas las fallas de un sistema. Cuando la realidad es que no reciben suficiente reconocimiento social, tienen pocas oportunidades de capacitación y colaboración y llevan una carga laboral insostenible mientras reciben presión de la administración y de los padres y madres de familia.

Como consecuencia de esta mezcla de factores, los estudiantes —hombres y mujeres— resultan en seres desmotivados, con potencial inexplorado y poca preparación para enfrentar el ambiente laboral.

Evolución. Las crisis sirven como precursoras de la evolución. La experimentada por la educación el año pasado habría sido una ocasión idónea para sembrar semillas que transformaran nuestro sistema educativo. ¿Plantea la Estrategia Regresar volver a lo mismo? ¿Por qué, si ya sabemos que no está funcionando? ¡Qué maravilloso habría sido regresar a un sistema renovado, reenfocado, rediseñado para salir fortalecidos de esta crisis!

Para que la educación vuelva a ser un hito de oro en la historia de Costa Rica que estamos escribiendo, debemos sembrar estas semillas para que crezcan y sirvan de pilares:

1. Escuelas como eje central. Las escuelas deben reclamar su papel protagónico en las comunidades, como centros de aprendizaje, de organización comunal y de encuentro. Al compartir la educación de la niñez, entre familia y escuela, se desarrolla una relación simbiótica. Las escuelas brindarán programas para apoyar a los padres y madres en el proceso de crianza y, a la vez, los padres, madres y demás actuantes de las comunidades se integrarán a programas de voluntariado para el mejoramiento colectivo.

2. Enfoque en la persona estudiante. El aprendizaje centrado en quien estudia cambia el rol de receptores pasivos de información a participantes activos en su propio proceso de descubrimiento. Los maestros y las maestras pasan a ser facilitadores del aprendizaje. El enfoque incluye oportunidades para aprender haciendo, usar tecnología para crear y valora el proceso por encima de la evaluación.

3. Currículo académico. El currículo tradicional se modifica para que la enseñanza se base en experiencias de aprendizaje, en vez de temarios de contenido; en investigación, en vez de consumo de contenidos; en profundidad del contenido, en vez de cantidad; y en entendimiento, en vez de retención memorística.

4. Currículo no académico. Para preparar a las futuras generaciones, las escuelas no deben quedarse solo en la enseñanza de materias académicas. Deben incorporar la enseñanza de habilidades blandas, o de vida, como el pensamiento crítico, la comunicación asertiva, la empatía y la solidaridad. Además, incluir formación en emprendedurismo, educación financiera y alfabetización digital, como una base sólida para el ambiente laboral y los retos de la revolución tecnológica.

5. Inclusión y acceso. El sistema brinda apoyo y servicios adecuados, basados en las necesidades individuales del alumnado. Todos los alumnos y todas las alumnas tienen un sentido de pertenencia y se les valora.

La misión del sistema educativo se convierte en crear un ambiente donde los docentes como facilitadores desarrollan experiencias para que el alumnado autodirija su aprendizaje. De esta manera, se convertirán en aprendices permanentes, lo cual lleva a una búsqueda de conocimientos continua, voluntaria y automotivada por factores personales o profesionales. Esta visión no solo potencia la inclusión social, la ciudadanía activa y el desarrollo personal, sino también la autosostenibilidad, la competitividad y la empleabilidad.

msteuber@theparenttoolkit.com

La autora es consultora educativa.