Foro: La hora de las billeteras electrónicas

Las personas no solo deben abstenerse de salir de sus casas, sino también de tocar billetes y monedas.

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Juerguen Braunstein, investigador de la Universidad de Harvard, decía hace algunos días en estas mismas páginas que la covid-19 podría ser el catalizador para universalizar los medios de pago digitales. No hay duda de que así será.

No hemos escuchado una propuesta para esterilizar los billetes y monedas que circulan en Costa Rica. Sin embargo, es muy probable el comienzo del avance en la ruta de la eliminación de las transacciones físicas en razón de la desconfianza que el dinero en efectivo genera en cuanto a higiene, salud y vehículo de contagio. Fue un proceso natural en China, epicentro del virus. A continuación, mis planteamientos y el sustento de mis proyecciones.

Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Nueva York en el 2017 detectó más de 3.000 bacterias en los billetes e incluso rastros de microorganismos provenientes de las mascotas. El algodón, materia prima para la impresión de billetes, permite a los microorganismos adaptarse y encontrar nutrientes que alargan su vida.

Más investigaciones, internacionales y locales, se sumarán a este tipo de análisis y hallarán otras razones que justifiquen el temor de tocar, guardar y pasar a otros los billetes y monedas.

Además del impacto positivo en la salud, el uso de los medios digitales es una enorme oportunidad de bienestar social y económico, algo que también hemos visto en esta crisis.

Desbancarizados. Según datos del Banco Mundial, 1,6 millones de costarricenses (32 %) no tienen cuentas bancarias, no ahorran —tal vez lo hacen, pero debajo del colchón—, no tienen acceso a créditos del sistema financiero, efectúan transferencias haciendo uso de sistemas para lo cual pagan carísimas comisiones y efectivo todos los días.

Los neobanks, empresas tecnológicas dedicadas a crear mecanismos financieros digitales, promueven la inclusión de esa cantidad de personas, la mayoría de ellas ubicadas en la clase social más vulnerable durante las crisis.

Se trata también de trabajadores independientes. A las micro, pequeñas y medianas empresas les es posible dar un paso más en la formalización y actualización de las actividades que padecen hoy la caída de sus ventas, afectadas por el cierre de los negocios, el desempleo y el subempleo. Son personas en busca de información e insumos que les ayuden a redefinirse para generar el sustento para su futuro inmediato.

Si las compras de bienes y servicios se posibilitan, si los empresarios o trabajadores independientes tienen herramientas para gestiones financieras ágiles, el consumo se favorece, y en este momento la economía está urgida de ello para reactivarse.

Mundo digital. También es crucial en esta coyuntura que los jóvenes estén más activos en la economía formal. Los millennials y centennials representan cerca de la mitad de la fuerza laboral de Costa Rica y su mentalidad financiera no avala las filas ni los trámites excesivos.

Su vida gira alrededor de su teléfono inteligente. Su mundo es digital y su pensamiento también. Quieren procesos expeditos y hacer pagos o gestionar préstamos, pero mediante un sistema al alcance de su mano, en su celular.

Todos estamos tomando previsiones, nos cuidamos y cuidamos a nuestras familias. Además, hacemos cuentas y números para programar gastos o redefinir ingresos. Este es el motor del cambio.

clifford.smith@omni.cr

El autor es banquero y administrador de empresas.