Foro: El crecimiento económico industrial

El Estado debe producir riqueza mediante la creación de una gigantesca fábrica virtual.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La riqueza material se crea únicamente mediante el trabajo. En la cuarta revolución industrial, el ser humano será desplazado por sistemas inteligentes, los cuales producirán bienes materiales y servicios intangibles a tan bajo costo que habrá superproducción.

El capitalismo requiere del consumo masivo porque, de lo contrario, su corazón se detiene. Eso significa que el desempleo masivo combinado con la superproducción de los países desarrollados tendrá un evidente resultado a corto plazo: la crisis económica.

El Estado debe incentivar el desarrollo técnico y científico de la industria en las clases bajas y muy bajas, pues, siendo la mayoría, aseguran la supervivencia de las empresas nacionales y transnacionales de mayor tamaño que utilizan los insumos que las microempresas generan, debido a que estas reducen la cantidad de procesos productivos. Si una compañía traslada parte de su producción a compañías especializadas más pequeñas, las cuales poseen ventajas absolutas y comparativas en un subproceso particular, reduce costos y ensancha sus ganancias.

El Estado puede contribuir al crecimiento económico invirtiendo en infraestructura vial y en la generación de energía barata con el fin de fortalecer el transporte de bienes industriales y su producción para evitar que las transnacionales se trasladen a otras latitudes. Lo anterior derivará en una mejora de la eficiencia portuaria en ambos mares, así como de la conexión de los centros industriales con los puertos mediante nueva vía férrea.

La mayor carga impositiva debe hacerse a la industria monopolística, a la banca comercial y a los artículos de lujo que no resultan indispensables, no a las microempresas que intentan generar ingresos para las pequeñas familias, las cuales subsisten al borde de la pobreza, pues, de lo contrario, se les empuja a esta. El subdesarrollo actuará como detonante de una guerra en las calles, caracterizada por la extrema violencia en las comunidades dominadas por el narcotráfico y el crimen organizado.

Educación tecnológica. La educación técnica debe reformularse, superar discusiones superficiales, pues la formación académica que ofrecen el INA, los colegios técnicos y las ingenierías universitarias se encuentra desarticulada. Las universidades públicas deben crear sistemas educativos en computación para las mujeres campesinas, los indígenas y los mayores de cuarenta años a fin de capacitarlos a corto plazo en la construcción de aplicaciones informáticas que se vendan en Internet. Un sistema de educación técnica que no satisface las condiciones de la moderna sociedad digital no hace más que hundir al país en una economía con dos décadas de retraso tecnológico, cuando menos.

La sociedad no puede subsistir solamente mediante créditos internacionales, ya que la capacidad de pago depende de la producción nacional. Considerando las enseñanzas de la historia, deben analizarse las prácticas de Henry Ford, quien pagaba cinco dólares más al obrero. Duplicaba el valor de la mano de obra industrial, lo cual se convertía en un subsidio salarial, que no solo incrementaba la calidad de los automóviles, sino que también distribuía las ganancias entre los trabajadores, quienes, con mayores ingresos, aumentaban su consumo al doble en vivienda, ropa, comestibles, etc. Algo semejante ocurría al reducir los impuestos a la agricultura, pues un pueblo con hambre no trabaja.

División de clases. Un país que genera leyes absurdas para sancionar con burocracia la capacidad productiva del individuo concentra la riqueza en manos de unos pocos. Así, retrocede a las condiciones que caracterizaron la miseria de principios del siglo XX, cuando había dos clases sociales muy marcadas.

Ante las calamidades socioeconómicas que se avecinan, es necesario un replanteamiento de la base productiva costarricense. El Estado es capaz de producir riqueza mediante la creación de una gigantesca fábrica virtual, apoyada por un sistema educativo que ve en cada ciudadano un trabajador industrial, quien produce bienes para los cuales el conocimiento científico y matemático otorga un valor agregado que los hace indispensables en la cadena productiva y comercial que mueve la Internet.

alej54@hotmail.com

El autor es asesor del matemáticas del MEP.