Foro: Comunicar con transparencia genera confianza

Todos deberíamos esforzarnos por evitar la confusión originada por las noticias falsas

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Ha habido un cambio vertiginoso en las expectativas de la ciudadanía y las respuestas que reciben de sus gobernantes. La cuarta revolución industrial generó una brecha entre lo cultural y lo material, con gobiernos que no pueden responder a las necesidades de hombres y mujeres a la velocidad requerida.

Contamos con una población cada día más conectada a las redes sociales, donde se conoce el acontecer mundial al instante.

Esta situación crea un rezago porque los sistemas tradicionales de gobierno no han logrando satisfacer la demanda creciente con respuestas rápidas, eficientes, eficaces y bien comunicadas.

La comunicación es la herramienta de gestión para satisfacer expectativas con repuestas céleres, que son las esperadas.

En esta época, en una sociedad poseedora de nuevos valores, el Estado ya no es el intérprete en solitario del interés general, debe hacerse acompañar por los medios de comunicación, la ciudadanía en general, los partidos políticos y el gobierno.

En este nuevo mundo, el poder político es débil y no tiene forma de desarrollar proyectos si no cuenta con alianzas que se fortalezcan en un marco de gobierno, a través de la confianza. Por ello, es fundamental comunicar adecuadamente, con absoluta transparencia.

Las grandes amenazas que enfrentamos son la desconfianza, el miedo a tomar decisiones y, muchas veces, a relacionarnos, pues no sabemos cómo hacerlo debido a los cambios sociales, los nuevos valores y el manejo de los intereses particulares y colectivos.

Nunca debemos olvidar que a la hora de tomar decisiones debe prevalecer el bienestar común y este es responsabilidad de todos.

Nuestra sociedad está conectada al mundo, pero, a su vez, dividida, al no poder diferenciar las noticias reales de las falsas.

Las redes sociales confunden a la mayoría de los usuarios, quienes reaccionan, opinan, reproducen o simplemente leen información sin conocer el origen de los datos y, peor aún, la intención detrás de la publicación.

Según la OCDE, la sociedad del bienestar espera, entre otros, un ingreso familiar decoroso, disminuir la brecha entre ricos y pobres, contar con un empleo remunerado, educación, aumentar la esperanza de vida pero de buena calidad, contar con un eficiente sistema de salud, seguridad ciudadana y políticas de protección del medioambiente.

Para obtener estas mejoras en la sociedad moderna se vuelve fundamental la confianza, que en mucho está asociada a la buena gobernanza. La confianza se consigue con el comportamiento personal —la única forma sostenible de generar gobernanza—, la cual habilita, en una sociedad tan fragmentada, la unión que permite alcanzar objetivos planteados que permitirán el bienestar general.

Este es uno de los grandes retos de la era moderna, para que todos, poderes del Estado, gobierno, medios de comunicación, partidos políticos y ciudadanía en general, generemos de forma conjunta confianza en las respuestas a nuestras necesidades, de tal forma que percepción y realidad encuentren el punto común que origine la buena gobernanza.

Todos debemos esforzarnos por evitar la confusión causada por las noticias falsas, promover una ciudadanía crítica a la que le sea posible confiar en la institucionalidad.

Esa pinza cierra en actuar con una transparencia real, que genere confianza en las actuaciones, lo cual dará como resultado que nos concentremos como sociedad en procurar el bienestar colectivo y no en los distractores que impiden llegar al punto deseado por mujeres y hombres.

La autora es exdiputada.