Una nueva fórmula para fijar tarifas de transporte público se estrenó con un buen resultado para 1,3 millones de pasajeros mensuales que utilizan los buses de Cesmag en La Unión, Montes de Oca y Curridabat. Esta metodología lleva a la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (Aresep) a proponer una rebaja de ¢80.
Lamentablemente, tuvo que ser a la fuerza, con dos bloqueos, que los usuarios lograron esta revisión. El primero, el 13 de octubre en San Ramón de La Unión. Otro, el 30 de noviembre en Montes de Oca.
Este caso es una señal para otras comunidades pues, si creen que las tarifas son desproporcionadas, podrían lograr una revisión, aunque, lamentablemente, deberían generar “conflicto” (bloqueos), uno de los cuatro criterios para aplicar la nueva fórmula.
Otro requisito es que la Aresep y el Consejo de Transporte Público (CTP) tengan datos actualizados sobre el número de pasajeros, unidades y la frecuencia de los viajes. En el caso de Cesmag, el CTP acreditó 1.277.000 usuarios mensuales y no 1.196.000 reconocidos antes. A más pasajeros, 81.000 más en este caso, más baja debe ser la tarifa. También halló que el CTP había reducido el número de buses autorizados en la ruta de 102 a 90 y había bajado las frecuencias en 20%... Cesmag tenía menos gastos.
Hoy, es fácil concluir sobre por qué este nuevo sistema ha estado lleno de trabas. Es posible intuir por qué los buseros acudieron el 16 de mayo a la oficina del regulador general, Roberto Jiménez, a expresar oposición y lograron que la metodología fuera congelada.
Sin embargo, dichosamente, este mes, el regulador decidió implementarla pues parece que se convenció de que los fantasmas (15.000 despidos) con los cuales asustaron los buseros, no eran tan reales.
En un comunicado, el 8 de agosto, dijo que “esta metodología es robusta técnicamente. Hemos tomado nuestro tiempo para analizar su impacto y consideramos que se tiene una herramienta que presenta mejoras sustantivas y adaptadas a nuestra realidad”.
Solo entre agosto y diciembre se actualizarán las tarifas de 50 rutas, promete la Aresep, que, con esta importante decisión hace recobrar la confianza, al menos por ahora, de que un grupo de presión tan fuerte como el de los buseros no torcerá su vital autoridad.
El autor es jefe de redacción en La Nación.