Fijación ha hecho posible la estabilidad del precio del arroz

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La crítica que hace la autora del artículo intitulado “Mucho ruido y pocas nueces” ( Página 15 18/3/2015) al uso de mecanismos de fijación de precios, refleja que lo desconoce. La fijación ha hecho posible que los precios al consumidor sean razonablemente estables a lo largo del tiempo en un producto de tanta importancia en la canasta básica del costarricense.

Se ignora que las características de la estructura del mercado costarricense permite el desarrollo de prácticas especulativas capaces de influir en los precios hacia el alza para engrosar las utilidades de ciertos intermediarios, con pocos beneficios para el consumidor.

Un reciente estudio de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional confirma que del 2006 al 2013, el arroz, único producto regulado, es el que presenta menor nivel de variación en el precio hacia arriba para el consumidor, en relación con el comportamiento del precio de otros productos importantes de la canasta básica, como pastas, frijoles, tortillas de maíz, huevos y leche líquida, entre otros.

Las múltiples distorsiones que caracterizan al mercado internacional del arroz, como resultado de los millonarios subsidios otorgados por la gran mayoría de los países desarrollados a sus productores, se reflejan en el precio internacional del grano.

Estas prácticas acabaron con la producción de arroz en países como Honduras y México. Estados Unidos otorgó, aproximadamente, $300.000 millones en subsidios en el periodo 2008-2013, en el marco del programa Farm Bill, y es con este país con quien tenemos que competir de tú a tú en condiciones de libre competencia, gracias al tratado de libre comercio. El día en que los sectores productivos cuenten con ese apoyo del Estado, será cuando podamos criticar a estos de la falta de competitividad.

Ante la agresividad del mercado de excedentes del arroz, ha sido política de los gobiernos mantener un porcentaje de la producción nacional para controlar la seguridad alimentaria y un porcentaje de importación para transferir a los consumidores el beneficio de ese precio. Ambas políticas se reflejan en la regulación mediante el precio mix realizando un equilibrio entre estas. Por lo anterior, Conarroz no es el beneficiado de la importación a 0% arancel.

Ahora bien, ante estas cantidades millonarias en subsidios directos al productor, países como Argentina y Uruguay, que son netamente exportadores, han perdido sus mercados habituales, por lo que se han visto en la obligación de buscar nuevos nichos de mercado.

Es aquí donde mecanismos como la salvaguarda son utilizados para equiparar los precios de importación con los precios locales en el entendido de brindarle al sector un período de tiempo para mejorar en competitividad.

En ese espacio de tiempo se debe compensar a esos países con un volumen menor respecto al año anterior, el cual superó las 20.000 toneladas; además, hace posible encauzar de forma equitativa y ordenada estas importaciones dentro del modelo de precios que rige la actividad del mercado, que busca neutralizar estas distorsiones y asegurar, así, la sobrevivencia de la producción nacional y, por lo tanto, de nuestros productores.

Con la salvaguarda puesta en marcha por un gobierno que apoya la producción nacional, ahora los productores pueden renovarse y mejorar la productividad en el tiempo, con el apoyo de una industria que pueda asegurar la compra del grano de cosecha nacional y de un consumidor que no vea incrementado el precio de este producto estratégico en la dieta del costarricense.

Es necesario concluir que las acciones desplegadas más bien han contribuido a defender las principales zonas productoras de arroz en el país, que justamente presentan elevadas tasas de desempleo y pobreza (no extrema y extrema), por lo que la vigencia de la medida de salvaguarda contribuye a defender las zonas productoras, que son parte importante de la seguridad alimentaria del país, situación que repercutirá indudablemente en los consumidores, en menores niveles de desempleo, menor migración a las ciudades y menor deterioro de nuestros índices de pobreza.

Los autores son voceros de Conarroz.