Felicidad interna bruta

El objetivo de la convivencia social es la felicidad de las personas, se desprende del estudio

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La Cooperativa Nacional de Educadores (Coopenae) patrocinó un estudio para determinar la felicidad interna bruta (FIB) en Costa Rica.

La FIB es una medida del grado de felicidad y satisfacción de la sociedad y de las personas obtenida luego de combinar nueve dimensiones y 31 indicadores.

Las dimensiones son diversidad ecológica, salud, estándar de vida, educación, uso del tiempo, bienestar psicológico, gobierno, vida en comunidad y cultura.

Para la realización del trabajo se tomó una muestra de 1.285 personas distribuidas en todo el país, cuyas edades oscilan entre los 15 y los 75 años, y a las cuales se las entrevistó cara a cara. El margen de error es de un 2,77%.

FIB y economía. Los datos arrojados en la investigación de Coopenae coinciden con la conclusión principal de otros estudios hechos en el país e internacionalmente: el crecimiento económico es importante y debe ser promovido sin descanso, pero por sí solo resulta insuficiente para alcanzar la felicidad.

Si se considera que las personas se desenvuelven en realidades económico-sociales, jurídico-políticas y ético-culturales, se comprende que la felicidad deba consistir en articular los contenidos de estos ámbitos de acción, de ahí el error de reducir la evolución de un país, una institución o una persona a solo los aspectos económicos; es necesario incorporar en el análisis indicadores asociados a la salud, la educación, la cultura, la psicología, el medioambiente y la autorrealización.

Por lo anterior, la felicidad interna bruta adquiere una importancia fundamental y su medición en Costa Rica constituye un acierto indudable.

FIB y logoterapia. Existe otro hecho sobresaliente. Los resultados de la FIB concuerdan con el planteamiento sobre la felicidad de la tercera escuela vienesa de psicoterapia, conocida como Logoterapia.

Se dice en logoterapia que la persona es la unidad del cuerpo, la mente y el espíritu, y que su felicidad es mayor cuando se desenvuelve de modo armonioso en esas tres dimensiones existenciales.

El índice de la FIB reafirma esta tesis al evidenciar que la sociedad costarricense es más feliz, y las personas son más felices cuando logran complementar las condiciones materiales de vida con las espirituales, y viceversa.

Si algo demuestran la logoterapia y la FIB es que la felicidad no implica renunciar al bienestar material, y que el bienestar material no supone abandonar la profundidad espiritual. Quizás en los ángeles, en los dioses y otros seres sobrenaturales no sea así, pero en quienes somos mortales sí.

FIB y riqueza. Lo dicho es clave al definir el vocablo “riqueza”. Algunas veces se condena la riqueza por considerar que en su origen existe alguna monstruosidad inconfesable, se le relaciona solo con dinero y bienes, o se le asocia con prácticas no espirituales.

Ninguno de estos asertos pertenece al instrumental conceptual de la FIB, pues en este índice el dinero y los bienes representan una dimensión de la riqueza que, en términos de felicidad, debe armonizarse con otras “riquezas” tales como la calidad de los vínculos interpersonales, la armonía con la naturaleza, el respeto mutuo y las expresiones creativas y libres de las personas.

Un programa de acción. El índice general de la felicidad interna bruta para Costa Rica se sitúa en 85,5 por ciento, lo que revela un porcentaje muy elevado de personas que se perciben como felices.

Por provincia, las más felices son Heredia (89,9 por ciento) y San José (86,5 por ciento) y las que presentan un índice menor son Guanacaste (84 por ciento), Puntarenas (80,2 por ciento) y Limón (84,5 por ciento).

Por nivel educativo, las personas más felices poseen título universitario, y por nivel de ingreso, quienes más reciben son también más felices.

A mejores condiciones materiales de vida, mayor satisfacción y felicidad, y a mayor satisfacción y felicidad, mejores condiciones materiales de vida, esta parece ser una de las conclusiones cualitativas del estudio sobre la FIB.

Se comprende que en el viaje hacia la felicidad es absolutamente prioritario reducir la pobreza, erradicar la pobreza extrema y disminuir la desigualdad.

Las dimensiones de salud, educación, ecología y estándar de vida son las que mejor puntuación obtienen: el índice se sitúa entre un 80 por ciento y un 92 por ciento. Los costarricenses valoran en términos muy positivos lo relacionado con su salud, su educación y su medioambiente, y asocian estas realidades con el estándar de vida (bienes, vivienda e ingreso). En otros términos, conciben el crecimiento económico y el bienestar social como realidades codependientes.

En las dimensiones de cultura, uso del tiempo, vida comunitaria, bienestar psicológico y gestión de Gobierno los resultados revelan que la insatisfacción es alta o muy alta, lo que se origina en las graves deficiencias que padece el Estado, el gobierno y las dinámicas comunales, sectores muy distorsionados por el clientelismo.

El poco nivel de satisfacción relacionado con la cultura, que es la dimensión peor evaluada, es algo muy lamentable debido a la importancia estratégica de la calidad cultural de la vida en materia de desarrollo social. La felicidad no es viable de espaldas a la cultura y mucho menos en contra de ella.

El índice de la FIB para la dimensión educación prueba que la mayor debilidad en este ámbito es el conocimiento, lo que representa una insuficiencia mayúscula del sistema educativo. ¿Dónde se origina este hecho? En la incapacidad para combinar los conocimientos explícitos adquiridos en el estudio formal con los conocimientos implícitos derivados de la experiencia.

La experiencia de vida es la fuente principal de los conocimientos, pero el sistema educativo se especializa en excluirla de manera sistemática.

En la dimensión de bienestar psicológico, la FIB evidencia que el negativismo emocional equivale a un envenenamiento progresivo de la mente y del espíritu, lo que puede catalogarse como el arte de amargarse la vida, y esto hace muy necesario esforzarse para que desaparezcan emociones como la envidia, el falso orgullo y la vanidad, así como las conductas que propicien el divisionismo, la arbitrariedad y el odio.

La Cooperativa Nacional de Educadores sugiere en su estudio hacer un esfuerzo continúo para ser felices, sabiendo a ciencia cierta lo que eso significa. Se trata de un consejo que merece ser interiorizado y practicado con placer y sin tregua.

El autor es escritor, consultor en administración de negocios, posicionamiento organizacional y gestión de procesos editoriales. Coordinador de los Idearios costarricenses 2000-2001 (UNED), y 2009-2010 (UNA). Su más reciente publicación se titula Nietzsche: del nihilismo a la teoría de la creatividad artística.