Falacias del INVU

Lo que está en juego es la gestión del INVU durante 30 años

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Parece que está de moda lanzar columnas de humo en estos días. Afirman los señores del INVU ( La Nación , 15/11) que dicha institución cuenta con un plan Prugam desde 1983. Dicho plan se denominó Plan Regulador Urbano de la GAM, en alusión a que este sustituía los planes reguladores cantonales, hasta tanto dichos planes no contaran con tal herramienta. El enfoque fue dividir el territorio de la GAM en dos áreas: la Zona Especial de Protección y la Zona de Crecimiento Urbano, delimitada esta última por el Anillo de Contención.

El objetivo del Plan 82 era ser sustento de los planes reguladores de las 31 municipalidades, pero que “por diversas razones de carácter local no fue así”. Al asumir el Prugam su tarea en el 2004, de los 31 municipios de la GAM solo un tercio de estos contaba con dicha herramienta, siendo que algunos estaban obsoletos, territorialmente solo abarcaban sus distritos centrales o simplemente no se aplicaban.

Gestión del INVU. Los “aportes relevantes” del GAM 82 no están en juego o evaluación. A nuestro criterio, lo que está en juego es el resultado de la gestión del INVU y su Dirección de Urbanismo a lo largo de estos 30 años. Una realidad que ha hecho de la GAM esa ciudad tan dispersa, una población que no encuentra condiciones de funcionamiento apropiadas, unas ciudades sucias y carentes de lineamientos urbanos de calidad, unas políticas de vivienda sin facilidades para la clase media, 182 asentamientos en precario o tugurios, un anillo de contención burlado y transgredido una y otra vez, un desarrollo lineal en la zona de protección que todo lo permitió, ríos ocultos convertidos en basureros y cloacas, por citar algunos de sus problemas.

Preguntan ustedes: “¿Qué hubiera pasado si se aprobara el Prugam?”, y afirman tres consecuencias:

1. “Desaparición del Anillo de Contención”. En la praxis, el Anillo lo ha venido desapareciendo el mismo INVU por medio de sus acciones y permisos, en respuesta a un crecimiento urbano horizontal de baja densidad y muy poco estructurado, y en ausencia de políticas hacia un modelo urbano de mayor densidad y altura en sus ciudades. Han pretendido por tres veces consecutivas querer ampliar dicho anillo 200 metros a la redonda, sin éxito.

Para entender la propuesta del Prugam en esta materia, si fueran coherentes con el Plan GAM del 82, se darían cuenta de que lo que se propone es una redefinición de dicho anillo, rescatando algo de por sí obvio, pues aún dentro del Anillo de Contención del 82 existen parajes, ríos, áreas quebradas, etc., que no pueden ser considerados para uso urbano.

2. “Se aduce que el INVU definió los cuadrantes urbanos fuera del Anillo y que Prugam sí admite desarrollo fuera de los mismos”. La viabilidad ambiental otorgada por la Setena es un análisis de las características ambientales y territoriales de la GAM que plasma, a través de cartografía y reglamentos sus potencialidades de uso. Donde existan condiciones de alta y muy alta fragilidad ambiental, se recomienda restringir considerablemente el uso del suelo en porcentaje y categorías. Tal es el caso de los poblados ubicados fuera del Anillo.

3- Deber incumplido: “la propuesta de zonificación que hace el Prugam, basada nada más en los IFA'”. Para obtener la viabilidad ambiental, además de los índices de fragilidad ambiental (IFA), se requieren otros estudios como la capacidad de carga y efectos acumulativos, así como el respectivo Reglamento de desarrollo sostenible. Otros estudios como el social, económico, vulnerabilidad del recurso hídrico, transporte y vialidad, urbanístico, etc., forman parte del complejo análisis interdisciplinario para llegar a proponer el Plan a nivel regional.

Todo este proceso se hizo con recursos públicos nacionales y europeos, por cierto muy bien administrados. El Plan Regional plantea una estructuración funcional del territorio con visión del factor ciudad (acciones dependientes del Gobierno, sus ministerios e instituciones) y un ordenamiento local por medio de los planes reguladores.

Razones del rechazo. Se afirma que el Plan Prugam no solo fue “improbado” por el INVU, sino también por otros sectores y personas. Sin embargo, no es extraño este rechazo. El asunto es ¿por qué? En unos primó su claro interés de seguir construyendo de la misma manera con el apoyo del INVU. Un cambio en el modelo urbano y su nueva visión les alteraría su modus operandi.

Otros tenían pretensiones hegemónicas en el nivel municipal y otros fueron parte del Prugam en su calidad de asesores de la UE, pero que no por serlo se dejó de analizar su gestión ante la misma Delegación de la Unión Europea. (Exceptúo de este comentario al Dr. Peter Schweiser).

No digo que el Prugam no tenga fallas, aspectos por corregir, situaciones por revisar. Lo que sí es muy extraño es la negación del INVU a un proceso de revisión entre las partes, siendo conscientes de la autoridad competente del INVU y del papel del Plan Prugam como proyecto que vino a coadyuvar con una situación a todas luces urgente: la reestructuración funcional de la Gran Área Metropolitana y la inclusión de los municipios, mediante instrumentos técnicos, institucionales y legales.

De no existir este entrabamiento, hoy tendríamos un Plan GAM actualizado (Plan Prugam 2008-2030), 31 planes reguladores con su variable ambiental incluida, una institución redescubriendo su papel y un inicio de menos emergencias.