El pasado 18 de marzo participé en un panel de análisis sobre los resultados de un proyecto pionero en el país para “aprender” a trabajar en la internacionalización de empresas sociales.
El foro era el análisis de cierre del proyecto Organizaciones Sociales Exportadoras, el cual se diseñó mediante una alianza público-privada entre el Ministerio y la Promotora de Comercio Exterior –Comex y Procomer–, la Federación de Organizaciones Sociales (FOS) y la Embajada Británica en Costa Rica, que generosamente aportó el financiamiento y dio importante apoyo al proyecto.
Durante el último año, un conjunto de empresas y organizaciones sociales participaron en un proyecto cuyo objetivo fue validar un modelo de fortalecimiento de las capacidades organizativas, de innovación y de internacionalización de organizaciones sociales, a través de tres fases: capacitación en materia de innovación social e internacionalización; coaching (acompañamiento) especializado; y diseño y previsión de servicios de internacionalización.
Para el proyecto fueron seleccionadas 14 empresas u organizaciones que operan bajo distintas figuras jurídicas: fundaciones, asociaciones, cooperativas, sociedades anónimas sin fines de lucro y un centro agrícola cantonal.
Todas ellas funcionan bajo modelos de empresa social, es decir, son organizaciones sin fines de lucro, que surgen para resolver algún problema económico, social o ambiental, y lo resuelven a través del desarrollo de un modelo de negocio social, donde las ganancias que obtienen se reinvierten en la misma organización y su causa.
Gracias a este proyecto piloto hemos puesto en el radar del sector comercio exterior el concepto de empresa social y el potencial que representa para el país. Desde Procomer se trabaja en apoyar la internacionalización de la oferta de los productos y servicios exportables, de empresas sociales nacionales.
El proyecto ha permitido recabar una serie de lecciones que nos permiten afinar el modelo de apoyo a las organizaciones y empresas sociales. Gracias a esta valiosa información podremos articular esfuerzos con otros ministerios e instituciones financieras para apoyar el diseño de instrumentos de apoyo especializados en empresas sociales, así como organismos internacionales. Así podremos incidir, con política y acción pública, para que cada vez más empresas sociales se desarrollen y lleguen a exportar.
Las empresas sociales son una realidad no solo en Costa Rica. En todo el mundo están cambiando la dinámica de cómo se generan recursos para atender causas sociales de manera sostenible.
Datos de SocialEnterpriseUK muestran que solo en el Reino Unido, una de las economías de mercado más dinámicas y emprendedoras, hay más de 70.000 empresas sociales, que generan más de un millón de empleos, de las cuales 14% exportan.
Si como país conseguimos generar política y acción pública acordes para potenciarlas en Costa Rica, apoyando mecanismos de financiamiento de impacto, atrayendo inversionistas sociales al país y generando un ecosistema de emprendimiento social sólido, lograremos generar empleos, oportunidades para una mejor distribución del ingreso y progreso social en las comunidades.
También podremos aprovechar la dinámica global y las tendencias de consumo responsable y sostenible en los mercados europeos y norteamericanos, principalmente, para sacar mayor provecho de nuestra plataforma de comercio exterior, apoyando la exportación de productos y servicios sociales ofertados por este tipo de organizaciones o empresas sociales.
El autor es ministro de Comercio Exterior.