El artículo publicado en este diario el pasado martes 25 de octubre, titulado “MOPT desconfía de estudios de calidad de servicio de buses”, por la importancia y la gravedad de los temas analizados impone una respuesta y aclaraciones de nuestra organización.
Llama la atención que, desatendiendo el protocolo institucional, quien dio las declaraciones no fuera el director ejecutivo del Consejo de Transporte Público (CTP), Mario Zárate Sánchez.
Es cierto que la evaluación de la calidad del servicio de autobuses era una deuda pendiente, así como muchas otras del órgano rector, el CTP, que permitan asegurar la calidad del servicio público que brindamos y su constante mejoría.
El año pasado, el CTP emitió el reglamento necesario para la aplicación del modelo y la mayoría de las empresas cumplieron con el requisito. Todavía no conocemos el resultado de la evaluación porque el CTP no ha comunicado los resultados.
Una evaluación tiene como objetivo superior la mejora de los servicios evaluados, pero un examen sin calificación, cuyo costo se refleja en las tarifas que pagan los usuarios, no tiene sentido. Nuestras empresas cumplen e invitamos al periodista a informarse sobre el tema para que, a su vez, informe a la opinión pública de lo acontecido con las evaluaciones del año pasado.
El transporte en autobús, operado por empresas orgullosamente nacionales, responde en su gran mayoría a niveles de eficiencia y calidad que incluso al compararlas con otros países son motivo de ejemplo.
Estamos cansados y resulta injusto que conociendo el CTP y la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) cuáles son los problemas del sector, insistan en hacer generalizaciones y a tomar decisiones que enlodan a todos los autobuseros.
Somos conscientes de que falta aún más por hacer en cuanto a la calidad del servicio. Canabús ha insistido en la formación de los empresarios afiliados en esta visión, al igual que de todo su personal, como consta en publicaciones de la prensa nacional.
Otro aspecto que no queda claro en el artículo es que la inspección de la calidad del servicio de autobuses se le estaría dando a organismos acreditados ante el Ente Costarricense de Acreditación (ECA), que debemos contratar las empresas concesionarias.
Estos organismos no fueron creados y tampoco tienen la especialización para evaluar este tipo de empresas y servicios. Como lo menciona el artículo, en su mayoría, están cobrando sumas exorbitantes que impactarían la tarifa que pagan los usuarios.
Nos preguntamos si no sería más conveniente, y menos oneroso, que el CTP o el nuevo ente que los diputados quieren crear ponga a su departamento de Ingeniería, Inspección y Control a acreditarse ante el ECA, y cuando requiera personal extraordinario lo capacite y lo acredite para hacer las evaluaciones respectivas, usando personal o estudiantes de las universidades publicas u otros; gastos que serían financiados con el canon que ya pagan los usuarios de autobuses y que muy poco se dedica al desarrollo y fiscalización de la actividad.
Las empresas debemos dedicarnos con nuestro personal y asesores al montaje de los procesos de calidad, y el MOPT y el CTP, o las instituciones u organismos que contraten, a evaluarlos, asegurando, con ello, la mejoría continua que requiere todo sistema de este tipo.
Los usuarios exigen y quieren transparencia en estos y otros temas que son de interés para el transporte en autobús, por eso seguimos sin entender por qué el CTP y la Aresep se resisten a implementar el uso de las nuevas tecnologías de información que permitirían que las sesiones de las juntas directivas de estos entes sean grabadas y transmitidas en línea como reiteradamente lo ha solicitado Canabús.
Alfredo Villalobos
Presidente de Canabús